viernes, 30 de octubre de 2009

Mi amiguita

Estaba yo cursando el segundo año de secundaria y tenía 14 años cuando tuve mi primer experiencia sexual. Ese día, en el colegio, nos habían castigado a mí y a una amiga llamada Pamela. Nos pusimos de acuerdo y en lugar de ir a la dirección indicada fuimos a escondernos a la biblioteca del colegio, que en ese tiempo estaba en remodelación y por lo tanto cerrada a los estudiantes. Pamela y yo estuvimos una media hora platicando sobre lo que nos iban a hacer cuando se dieran cuenta de lo que habíamos hecho.Como la biblioteca es de dos pisos, Pamela quiso subir al segundo, pero un escalón estaba flojo y cuando ella pisó se quebró por completo, cayendo ella por todos los escalones. Yo, temeroso de que se hubiera fracturado algo, me acerqué a auxiliarla. En la caída la falda del colegio se había desgarrado, quedando ella en mallas, que eran muy comunes en las chicas, sobre todo en las mayores. Yo, sin darle importancia a su vestimenta, me acerqué y me arrodillé ante ella; puse su cabeza en mi rodilla y le empecé a hablar, sin obtener respuesta. La levanté y la acosté sobre una mesa para que descansara. Pasaron quince minutos después del accidente hasta que empezó a reaccionar.Cuando se puso de pie, fue cuando pude ver su escultural cuerpo con mayor precisión. Ella siempre fue muy linda y simpática conmigo, pero francamente nunca me había dado cuenta de esas tetitas que en realidad parecían melones, de ese culito tan amplio que haría feliz a cualquiera y que a pesar de sus 14 años ya estaba demasiado desarrollado. Cuando se acercó hacia mí, me dio un beso en la mejilla y me dijo que estaba muy agradecida por haberla socorrido en ese momento. Le dije que no importaba y que mejor pensara en la manera de salir de ese problema. Ella me dijo que no me preocupara y se sentó a junto a mí tomando mi mano, lo que me desconcertó un poco.Seguimos charlando hasta el punto en que, no sé cómo, hablamos de sexo. Ella me preguntaba si yo había tenido algún acercamiento sexual, a lo que dije que no, y a la vez le pregunté lo mismo. Ella se quedó seria mirando hacia el techo; yo le repetí la pregunta, pero esta vez ella se acercó susurrando a mi oído que no, pero que le gustaría empezar cuanto antes. Este comentario fue la gota que derramó el vaso. Mi polla llegó al punto más alto, tanto que creí que iba a reventar mi pantalón. Ella se paró y, dando unos pasos adelante, dio media vuelta y se tomó la cintura. Empezó a contonearse y a bailar sensualmente. Yo ya estaba a reventar y eso que faltaba lo mejor. Ella empezó a quitarse la blusa, quedando sólo con un top y las mallas. Yo ya no podía más por lo que, de un jalón, me arranqué la camisa y el cinturón. Pamela se acercó a mí dándome un beso francés que desencadenó todo. Yo, de un tirón, le quité el top y le bajé las mallas sin cuidado por la calentura, quedando ella en brassier y con unas braguitas que realmente fascinaban.Yo, para ese entonces, estaba casi totamente desnudo. Le empecé a acariciar sus tetas hasta que, sin querer, le reventé el cierre. Sus tetas cayeron como dos gotas de agua en mis manos; era imposible no tocar esas preciosidades. Bajé poco a poco hasta llegar a su coñito, que para ese momento ya estaba húmedo. Me pidió que lo besara con las bragas puestas pero yo no esperé más y se las arranqué con una fuerza descomunal. Empecé a besarle su conchita y a meterle la lengua y a sentir sus líquidos. En ese momento nos tiramos al suelo e hicimos un 69 excepcional. Yo, al igual que ella, era inexperto y no aguanté correrme en su boca. Yo pensé que eso le daría asco, pero cual fue mi sorpresa cuando empezó a tomar toda mi leche y mamarme con más fuerza. Ella también se corrió en mi cara y también empecé a tomarme todos sus líquidos.Un rato después, se sentó y abrió las piernas diciéndome que la follara, que no podía esperar más. En ese momento reaccioné un poco y le pregunté si estaba segura, porque iba a perder la virginidad. Ella dijo que eso era lo mejor que le podía ocurrir: "A poco no te gustaría ser el primero en mi vida". Eso me calentó con más ganas y me abalancé sobre ella con más fuerza de lo normal. Sin esperar, le metí mi polla tanto como pude. Ella soltó un grito ensordecedor de placer que hacía que me calentara más, y poco antes de correrme me salí, corriéndome en sus tetas y su cara.Yo la seguía besando. Cuando pasó un tiempo mi polla, que se había vuelto fláccida, volvió a la normalidad, y volvimos a lo anterior. Esta vez fue todavía más placentero pues ella seguía contoneándose y gimiendo con tal fuerza que retumbaba en las paredes del edificio. Esta vez no aguanté y me corrí dentro. Ella se asustó un poco pero ganó lo caliente del momento, lo olvidó y seguimos ahí, pegados unos 15 minutos. Inventábamos posiciones y eso nos tenía más entretenidos. Cuando mi polla empezó a bajar de tamaño, la saqué y me puse a descansar en el piso; así estuve como unos 5 minutos cuando ella se paró, empezó a bailar y luego se dejó caer en el suelo. Pero esta vez en lugar de abrir las piernas, se empinó y me dijo: "mira mi culito, ¿a poco no te gustaría picarlo unas cuantas veces?". Ese comentario reanimó mi polla y en menos de 5 segundos ya estaba otra vez parada. Nunca en mi vida había sentido algo parecido. Como dije, yo era inexperto, por lo cual le metí la polla de una vez, y ella soltó el grito más fuerte que he escuchado en mi vida. Lloró y me insultó tanto que yo creí que estaba a punto de terminar el sueño, pero en eso dijo: "no te preocupes, sólo ten cuidado la próxima vez". Yo lo hice otra vez pero con mucho cuidado, metiéndola cada vez un poco más hasta el punto en que yo tenía todo dentro de ella. Yo creí que eso le molestaba pero ella, entre gemidos y gritos, decía: "sigue..., ahhhh si..., qué rico..., ahhhh...". Yo estaba en otro mundo. Así estuvimos nada menos que 45 minutos y realmente fueron los mejores momentos de mi vida. Cuando ya no podíamos más nos pusimos a acariciarnos, besaba sus tetas, las llenaba de leche; mientras tanto ella me mamaba y se tomaba todo lo que yo sacaba.Al final nos empezábamos a limpiar cuando ella se dio cuenta de que su ropa estaba totalmente desgarrada y que no iba a poder salir así de allí; así que pasaríamos toda la noche en aquel lugar. Yo salí, llamé a nuestras casas para decir que íbamos a quedarnos a dormir con un amigo y lo mejor es que se creyeron todo. Esa noche fue también inolvidable, pero esa es otra historia que ya les contaré.

Mojada

Estábamos cerca, muy cerca, mirándonos con una pasión llena de timidez. Cómo me gustan tus ojos. Te inclinas y me besas tiernamente, de pronto abres tus labios e intentas meter tu lengua dentro de mis labios, yo me sobresalto pero me dices que está bien, que probemos otra vez. Tu llevas tiempo deseándome pero nunca habíamos podido estar a solas. Me preguntas por qué no me tiendo y me relajo, lo hago y te acuestas a mi lado esperando un poco a que se me pase el nerviosismo. Me vuelves a besar, explorando suavemente mis labios y luego sigues la línea de mi quijada, encuentras mi oreja y me respiras tu aliento en ella, me mordisqueas el lóbulo y me cubres el cuello de besos y caricias con la lengua, me vuelves a besar. Yo callo y te dejo hacer, mi respiración empieza a cambiar y tú lo notas.Me preguntas si no tengo frío (estamos empapados de lluvia) y te digo que sí, un poco. Me preguntas por qué no me quito la blusa y te respondo que no es necesario, no es tanto. Te pregunto por qué y me dices que lo deseas. Me besas el cuello y ya no digo nada, vas bajando hasta quitarme la camiseta, que está empapada, y como no traigo sostén se revelan perfectamente mis pechos, bastante grandes, porque después de esos besos escalofriantes tengo los pezones duros y erectos a más no poder. Acaricias mi costado sintiendo la plenitud de mi seno, la depresión de mi cintura, la suave curva de mi cadera. Me estremezco bajo tu contacto; acaricias los rizos de mi pubis y subes por mi vientre hasta llegar a la hinchazón turgente de mi seno. Me besas los senos con ternura pero eso produce ataques eléctricos en mi piel. Me preguntas "¿Quieres que te de placer, Esmeralda?". Yo cierro los ojos y te digo que sí con la cabeza. Me besas el cuello y vas bajando poco a poco con un movimiento circular de tu lengua en mi seno hasta lograr que mis pezones palpiten de ansias de tí. Al principio mamas suavemente pero despues aumentas la succión y yo gimo con emoción. Con tu otra mano bajas hasta la parte interior de mi muslo, abro mis piernas y tu mano empieza a acariciarme; de repente sientes una humedad caliente que te indica que estoy lista para recibirte. De mis senos bajas hacia mi pubis, cuando tu lengua alcanza la parte superior de mi hendidura brinco, dando un grito, recayendo de espaldas y gimiendo con gran placer. Tu virilidad palpita anhelante, impaciente, mientra cambias de posición para deslizarte entre mis piernas. Entonces abres mis repliegues y saboreas lenta y deliciosamente. Tú no podías oír los ruidos que yo hago mientras me sumerjo en ese estallido de sensaciones exquisitas que me recorren mientras tu lengua me explora en cada repliegue y cada borde. De repente me retuerzo, sollozando de éxtasis; con dos dedos penetras mi húmeda cavidad y aplicas presión en ella.Te grito que te necesito, que te necesito con urgencia, y tratas de penetrar suavemente en mí, pero es tal mi éxtasis que con mis piernas te jalo hacia dentro de mí, acariciando tus nalgas y sintiendo tu piel. Mis profundidades húmedas y cálidas te reciben completo, te abrasan y te envuelven con desenvoltura. Te retiras un poco y me vuelves a penetrar. Mientras que mi paso te acaricia cual largo eres, gritas mi nombre soltándote y dándome todo de ti, hasta que me llenas de tí y entonces tus gritos más profundos surgen en armonía con mis sollozos mientras oleadas de placer inefable nos envuelven y con un alivio exquisito caes sobre mí.

lunes, 26 de octubre de 2009

Humilde oficio 2

Estaba sola en mi casa un sábado por la noche porque a mi marido le tocaba trabajar y yo tenía unas ganas de marcha enormes. Tenía ganas de follar pero no sabía con quién hacerlo, hasta que aquel folleto de "pizzas" a domicilio encima de la mesa me dio una idea. Allí podía estar mi consuelo.
Así que, sin pensármelo dos veces, llamé y pedí una pizza. Tenía el tiempo justo para ducharme, ponerme un conjunto de sujetador que realzaba mis tetas y un tanga que hacía que mi culo fuera muy apetecible. Encima me puse una bata de raso muy suave que hacía que se notaran mis pezones ya erectos por la emoción.
No tardó en llegar. Estaba nerviosa y con unas ganas locas de follar. Cuando ya le tenía en la puerta, le cojí la pizza, pero, ayyy, me di cuenta "ingenuamente" de que no tenía dinero. Puse cara de susto y se lo comenté. Él me dijo que no me preocupara, que ya pasaría otro día a cobrar. Pero mientras él me hablaba yo me pasaba suavemente mi mano por una de mis tetas, haciéndole ver que mis pezones deseaban ardientemente su lengua. Le dije: "¿Estás seguro que no quieres cobrarte ahora?", y entonces abrí el camisón y le dejé ver mis pechos ansiosos de ser tocados y chupados.
El chico, quizás porque era más joven que yo, se cortó un poco. Era tímido pero, al ver que sus ojos no se apartaban de mis tetas, le cogí por una mano y le dije: "Ven".
Fuimos al comedor, donde tengo un sofá rinconera enorme. Allí, de un empujón, hice que se sentara y me senté encima suyo. Empecé a besarle. Él, al principio, actuaba como si no se lo creyera, pero al final sus manos volaban por mi cuerpo. Nuestras lenguas se volvieron locas, jugaban juntas con desesperación. Yo ya notaba su pene erecto y eso hacía que me excitara aún más.
Le pregunté cómo se llamaba y me dijo que Fali. Me parecía un nombre de lo más sensual. "Yo Denise", le susurré al oído. Estaba muy excitado y yo también. Pensaba en su pene y en lo erecto que estaba, así que me salí de encima suyo y me arrodillé ante él. Le bajé la cremallera y cogí su sexo, grande, enorme... ¡Cómo iba a disfrutar! No me lo pensé y lo empecé a chupar. Sorbía su glande de forma que le hacía estremecer. Luego me la metí de golpe en la boca, hasta el fondo. La notaba en mi garganta, cómo entraba y salía. Él me cogió la cabeza y la hundía en su sexo, desesperado, pidiéndome que no parara, pero le dije que ahora le tocaba a él.
Me tumbé en el sofá y me abrí de piernas, ofreciéndole mi coño húmedo, suave y apetecible. Al verlo, vi su cara de lujuria, de satisfacción, y, sin pensárselo,me empezó a chupar. Su lengua jugaba con mi clítoris de una forma salvaje, y al mismo tiempo me metía dos dedos en el coño. Gozaba como una loca. Luego era su lengua lo que me metía dentro, follándome sin parar. Estaba tan húmeda y tan cachonda que quería sin más que me metiera su polla de una vez.
Le dije que se sentara, que lo iba a penetrar. Lo tenía a punto. Él estaba muy cachondo y me ponía caliente ver su cara de excitación. Una vez sentado, me puse encima y me senté, primero notando la punta de su sexo un par de veces, como queriendo entrar, jugando, con un poco de resistencia, pero a la tercera la metí de golpe. Su cara era un poema. Creo que jamás le habían hecho gozar así. Me cogió las tetas y, mientras le montaba, apretaba mis pezones, grandes y oscuros. Yo le pedía más y entonces los metió en su boca y empezó a mordisquearlos. Yo seguía subiendo y bajando, follándole como jamás se lo habian hecho, y él no paraba de decir que quería correrse. Antes de darle ese placer, sin sacar la polla de mi coño, me giré, le di la espalda y seguí follándole sin parar, pero esta vez él podia ver cómo su sexo se hundía en mí y eso le excitaba una pasada. Así que me cogió por la cintura y aceleró los movimientos a su antojo, hasta que cada vez el ritmo iba más deprisa. Yo gozaba como una loca. Quería correrme y él también, así que le pedí su leche, que me mojara, que me inundara, y él no se hizo de rogar. Estalló su orgasmo y su semen me inundó por completo. Yo gemía de placer, me retorcía de gusto, chillaba como una posesa: "Siiiii,asiiii,mássssssss,dame mássssssssss". Las convulsiones provocadas por el orgasmo eran de lo más bestias y yo, satisfecha, llena de su leche, pensé que había sido el sábado más maravilloso de mi vida.
La pena fue que, al final, mi chico de la pizza, mi Fali, tenía que volver al trabajo, pero eso sí, me dijo: "La pizza está pagada, y si algún dia pides otra no dudes que vendré yo a traértela". Se fue y yo me quedé en el sofá, extasiada y pensando que el domingo sería otro día maravilloso para comer "pizza".

jueves, 22 de octubre de 2009

Mi Priemera vez

Esta historia me ocurrió cuando tenía 16 años. Yo era un chico que pensaba sólo en tener sexo. ¿Por qué? Porque nunca antes lo había tenido. Me masturbaba de una a tres veces al día y poseía una gran colección de vídeos y revistas porno. Claro, las tenía bien guardadas para que mis viejos no encontraran nada. Yo tenía una amiga 4 años mayor que yo. Nos llevábamos muy bien y me solía llamar bebé. Era una chica muy bella, con un rostro super tierno, labios carnosos, senos medianos pero firmes y un trasero increíble. Le encantaba ir al gimnasio y salir a bailar. Pero tenía algo por lo cual yo siempre renegaba: era lesbiana.Cuando me reunía con ella en su casa nuestras conversaciones siempre terminaban en temas relacionados al sexo. Me contaba todo sobre sus anteriores amores, me decía todo lo que le gustaba hacer y eso me excitaba más, ya que siempre me ha encantado oír historias de lesbianas y ver películas también. Ella sabía que yo nunca lo había hecho y le dijo a mi amiga: "´¿Él es el que te pidió sexo?". Y mi amiga (Ale) respondió: "si él es, ¿no es tierno?". Yo me puse de mil colores y no sabía qué hacer. Entonces Vanne me dijo: "a mí me gustaría hacerlo, siempre y cuando (giró la cabeza y miró a Ale) tu estés presente mirándonos".El corazón me empezó a latir a mil por hora y me temblaban las piernas. En eso me dijo: "bueno, vamos". Fuimos hasta la habitación de mi amiga y comencé a besar los labios de Vanne. Qué bien besaba. Se me paró al instante. Ella me comenzó a desvestir y yo a ella. Vanne se echó en la cama y yo sobre ella. Le comencé a besar el cuello y bajé hasta sus senos. Eran deliciosos y excitantes. Le comencé a pasar la lengua por sus pezones y estos se pararon, mientras ella daba gemidos muy suaves: "mmmm, aahhhh..., mmmm". Seguí descendiendo. Pasé mi lengua por su estómago y su ombligo hasta llegar a su vagina, separé sus labios vaginales y pude ver su hermoso clítoris. No soporté más y lo lamí. Grité como un loco... Sentía que se me iban a salir los huevos por el orificio del pene. Fue un super orgasmo. Le dejé toda la cara mojada a Vanne y ella sólo se reía.Me paré y le dije que había sido delicioso. Ella no me respondió ya que estaba concentrada mirando a Ale. Ale se paró y se recostó en la cama inmediatamente. Vanne se le acercó y comenzó a besarla. Le besaba todo. Ale gritaba demasiado. Eso me excitó y se me volvió a parar. Me acerqué a Vanne (que estaba a cuatro patas) y le comencé a meter el dedo en la vagina. A ella le gustó porque meneaba su trasero. No soporté y traté de metérsela, pero no encontraba el objetivo. Ella sujetó mi pene con fuerza y se lo introdujo. Yo la agarré de la cintura y comencé a moverme. Me encantaba sentir el interior de su vagina, sentía sus paredes vaginales como si me estuvieran haciendo cosquillas en el glande.Mientras ella se movía y me sacudía el pene con su exquisito trasero yo empujaba más y más fuerte. Estaba teniendo un orgasmo. En ese momento la abracé con fuerza y me vacié todo. Me encantó que los dos hubiéramos llegado al orgasmo juntos. Nos quedamos exhaustos. La besé con gran pasión y no me moví. A los pocos minutos escuché que Vanne le dijo a Ale: "Mi amor, ven. Vamos a prepararle algo de comer a nuestro pecador". Eso me hizo reír mucho.Luego de comer, vimos la televisión y, al final, nos bañamos juntos. En la ducha les pedí a las dos me la chupasen al mismo tiempo. Fue fantástico. Al final, me despedí de ellas y regresé a mi casa. Estaba super feliz. Era mi primera vez y lo había hecho con dos chicas expertas en la materia.Al día siguiente volví a la casa de Ale. Conversamos como siempre sin tocar el tema, hasta que tuve ganas de hacerlo. Se lo pedí y me respondió con una sonrisa en los labios: "La verdad es que lo hice contigo porque me excité viendo a Vanne. Ya te lo dije, soy lesbiana y que lo haya hecho contigo no cambia nada". Pero eso no me importó porque yo ya había conseguido lo que quería. Agatha Lavigne

Intercambio

Esta historia ocurrió hace unos meses. Norma y yo estábamos casados desde hacía 5 años y Marcio y Claudia se habían casado hacía 3 años. Éramos tan amigos que mi esposa y yo habíamos sido padrinos en su matrimonio. Éramos realmente amigos, todos de todos. Acostumbrábamos pasar las vacaciones juntos, salíamos al cine, nos reuníamos en su casa o en la nuestra con frecuencia,... Siempre que estábamos los cuatro yo notaba que había algo especial en el ambiente, sobre todo en el último año. Marcio y Norma se abrazaban con frecuencia y Claudia y yo éramos menos directos pero nos cruzábamos miradas provocadoras. Yo la miraba como para comérmela, a lo cual ella respondía con una sonrisa entre tímida y de aceptación.Un día fuimos a un hotel a pasar un fin de semana. Nos registramos en el hotel e inmediatamente nos dirigimos hacia la habitación que compartiríamos. Sólo de pensar que Claudia se colocaría una camiseta como la que le había visto en ocasiones anteriores ya me ponía caliente. Ver ese cuerpo cubierto simplemente por una camiseta era escalofriante porque se le notaban las tetas como un par de volcanes y alcanzaba a marcar la forma de las bragas. Unas bragas pequeñas que hacían resaltar aún más su exuberante culo. También me excitaba que Norma estuviera en ropa ligera en la misma habitación que mi amigo.
Llegamos a la habitación, nos instalamos y nos organizamos para bajar a la piscina. Entonces Norma y Claudia entraron al cuarto de baño para colocarse el vestido de baño. Imaginarlas a las dos desnudas me excitaba. Cómo sería aquel par de conchas, esas tetas divinas, dos traseros inmejorables. Uauhhh! Salieron las mujeres del baño y sentí que todo me subía y me volvía a bajar. Dos hembras en bikini, que a duras penas les tapaba lo más íntimo de su coñito y su tetas. Norma tenía una tanga que le dejaba ver el culo más espectacular que se puedan imaginar. Claudia tenía un bikini que le resaltaba el culo y las tetas. ¡Y qué tetas tenía Claudia! Mi verga se puso dura tan pronto vi esas dos esculturas.
Salimos hacia la piscina. Marcio se lanzó directamente al agua mientras los demás nos colocábamos crema bronceadora. Norma me pidió ayuda y, como siempre me ocurría, eso me excitó. La crema pasando por su piel me recordaba aquellas oportunidades cuando en la ducha le ayudaba a colocar el jabón para luego abrazarla y acariciarla, y terminar metiéndosela por detrás bajo el chorro de agua tibia.

De pronto Claudia me preguntó si le podía ayudar a colocar crema bronceadora en su espalda. Se acostó bocabajo sobre la esterilla y yo empecé a colocar crema sobre su espalda. Pasé mi mano húmeda sobre sus hombros y empecé a bajar por la espalda lentamente haciendo un masaje que ella aceptaba complacida. Seguí bajando y le coloqué más crema al final de la espalda, donde empieza el culo. Lentamente esparcía la crema mientras contemplaba su culo, cuando ella se bajó un poco el pantalón del bikini. Eso fue maravilloso. Alcanzaba a ver el comienzo de su trasero donde se dividía su hermoso culo. Me dijo que le colocara bronceador allí, a lo que obedecí inmediatamente. No podía dejar de admirar ese culo, ese hermoso culo. De pronto me dijo que por qué no le terminaba de colocar el bronceador más abajo. Le dije que encantado, que era un placer, a lo cual Norma y Claudia respondieron con una sonrisa de gusto y aceptación. Yo sentía que a Norma le agradaba que yo acariciara a Claudia al colocarle el bronceador. Empecé a colocarle bronceador en las piernas desde abajo y luego fui subiendo lentamente. Mientras le colocaba el bronceador, la acariciaba y yo sentía que a ella le agradaba mucho porque a veces emitía unos suspiros de agrado y de calentura.
Cuando empecé a acercarme a su culo ella abrió las piernas para facilitarme la labor. Noté un olor agradable porque Claudia estaba mojada y expelía un olor exquisito. Le pedí que abriera un poco más las piernas, a lo que me contestó que sería un placer abrir las piernas para mí y se rió mientras se miraban y reían con Norma. Norma dijo que ella también abriría las piernas. Le contesté que con gusto pasaría donde ella en unos pocos minutos. Norma dijo que me apresurara porque estaba apurada y le hacía falta un chorrito entre las piernas. Le contesté que pidiera ayuda a Marcio, a lo cual contestó que sí con una sonrisa y una mirada complaciente de Claudia. Yo ya no podía de la calentura. Ya estaba claro que Norma quería follar con Marcio y que Claudia quería que yo la follara.
Así pasó la tarde, entre comentarios y chistes de doble sentido, hasta que llegó la noche. Después de cenar con un buen vino, nos dirigimos a la habitación. Nadie estaba cansado ni quería dormir pero todos queríamos ir a la habitación. Ya todos sabíamos qué era lo que deseábamos. Allí, en la habitación, destapamos una botella de buen vino y nos sentamos a conversar. Todos estábamos calientes con lo que había pasado en la piscina y además el vino ayudaba.
Empezamos a hacer bromas sobre sexo y cada vez los comentarios eran más directos. Sugerí que por qué no apagábamos la luz y dejábamos una pequeñas velas, a lo cual todos asintieron. De pronto, Norma y Claudia se dirigieron al cuarto de baño y dijeron que se iban a colocar más cómodas. Al salir estaban con sus camisetas para dormir. ¡Qué maravilla de mujeres! Las dos tenían camisetas como las que habían usado tiempo atrás en otro viaje que hicimos juntos a Nueva York. A Claudia se le alcanzaba a ver el culo delicioso e Norma tenía una camiseta igual. Se notaba que estaban sin sujetador y las tetas puntudas resaltaban en la camiseta. Yo quedé más recalentado de lo que estaba y Marcio también porque se le notaba un bulto en la pantaloneta.
Norma se sentó muy cerca de Marcio. Marcio le dijo que lo que dejaba ver la camiseta se veía muy bien y que cómo sería lo que no dejaba ver, por lo que ella preguntó si quería ver más. Subió un poco la camiseta dejando a la vista las bragas.
Entretanto Claudia se había acomodado a mi lado. Yo le dije que para lo que le tapaba esa camiseta era mejor quitársela. Ella respondió que si yo quería podía quitársela. Le quité la camiseta y quedó solamente en bragas. ¡Qué cuerpo tan delicioso! Unas tetas grandes, con unos pezones oscuros que estaban duros de la calentura.Norma también se desvistió dejando a Marcio realmente impactado. Norma tenía un cuerpo escultural. No era muy alta pero sí muy proporcionada. Ya no resistí y me lancé a besar las tetas de Claudia. Norma se sentó sobre Marcio y le pidió que le besara las tetas a ella también. Mientras besaba las tetas de Claudia, miraba cómo Marcio besaba las de Norma y eso me excitaba. De pronto, Norma se bajó de Marcio y le bajó la pantaloneta. Marcio tenía una verga grande, roja de la calentura. Norma empezó a darle besos en sus huevos. Sacaba la lengua y la pasaba por su verga desde la base hasta la punta. De pronto se la metió toda en la boca. Ver cómo Norma se metía esa verga dentro de su boca era excitante.Mientras tanto yo seguía besando las tetas de Claudia y acariciaba su coño por encima de las bragas. Estaba mojada. Sus líquidos habían empapado las bragas. Corrí las bragas y empecé a meter mi dedo en el coño de Claudia. La acariciaba y ella empezó a gemir. Se movía como una loca y me pedía que la acariciara más y más.Mauirico le había quitado las bragas a Norma y le estaba lamiendo la cuca. Norma estaba caliente. Se le notaba la excitación. De pronto Norma se volteó y Marcio la clavó por detrás de un golpe.
Ella gimió como una perra y empezó a gritar: "más .. más .. más duro que así me gusta más.. más .. por ahí, así, papito, así".Claudia y yo nos sentamos uno al lado del otro y empezamos a masturbarnos mutuamente mientras veíamos a nuestros esposos hacer el amor. Era excitante estar con la esposa de mi mejor amigo mientras él se follaba a mi esposa. Claudia no resistía y se corrió. Pero yo seguí acariciándola.Ahora Marcio e Norma habían cambiado de posición. Estaba Marcio acostado sobre su espalda e Norma se colocó encima de él. Lentamente se sentó sobre su verga. Claudia y yo veíamos cómo poco a poco la verga de Marcio entraba en el coño de Norma. Los líquidos de Norma chorreaban por la verga de Marcio.
Ya no aguanté más y le dije a Claudia que se sentara sobre mí dándome la espalda. Así yo la follaría mientras veíamos cómo nuestros esposos seguían follando. Estaba empapada realmente. Su coño goteaba y yo sentía las gotas de sus líquidos caer sobre mi verga. Al principio entró un poco y volvió a salir. Lo sentí en la punta de la verga y me recorrió un escalofrío que subió por todo mi cuerpo. Yo gemía del placer. Qué coño tan delicioso. Ese coñito lo había querido durante años y ahora mi verga estaba penetrándolo.
Claudia se colocó y, con fuerza, la penetré. Ella saltaba como si estuviera galopando a caballo. Clavada en mi verga, ella gritaba. Le gustaba y me pedía más y más y más mientras veíamos a nuestros esposos follando al frente nuestro.
Después quise probar su culo. No sabía si ella querría pero lo intenté. Le pedí que se colocara bocabajo pasando sus piernas sobre mis hombros mientras yo permanecía sentado. Ella accedió y empecé a besarle su coño. Sabía como el mejor de los manjares. Qué delicia, qué maravilla. Y claro, me quedó justo frente a mis ojos. Mientras le besaba el coño, le empecé a acariciar lentamente el culo. De pronto hice un poco de presión con mi dedo, a lo cual ella respondió con un gemido de agrado y placer y me pidió que siguiera. Entonces le metí el dedo. A ella le gustó mucho y le metí otro dedo. Con sus jugos le lubricaba el culo y eso facilitaba mi labor. Ella pedía más por lo que le dije que se sentara sobre mí. Suavemente empecé a meter mi falo es su ano. Cuando estaba más acomodada la empujé hacia abajo quedando clavada en mi verga. Al principio soltó un grito de dolor que inmediatamente se convirtió en placer.
Norma, al ver que yo se la metía por el culo a Claudia, le pidió a Marcio que le hiciera lo mismo. Yo siempre había querido hacérselo a Norma por el culo pero solamente una vez había accedido. Pero ahora la calentura la llevó a pedir que se la metieran.
Marcio se sentó en la silla de enfrente e Norma se sentó sobre él, quien empezó a metérselo lentamente. Pero ella, que estaba muy arrecha, se sentó con fuerza. Al principio puso cara de dolor pero también su expresión cambió por placer. Se veía que le gustaba. Claudia y yo veíamos cómo Marcio se lo metia por el culo a Norma y eso nos calentaba más.
Los cuatro empezamos a movernos rápidamente. Claudia e Norma parecían amazonas galopando sobre sus sementales. Comenzamos a gemir. Las dos gritaban que les diéramos más duro y más profundo. Le pregunté a Norma si le gustaba y ella me contestó que le encantaba. Marcio le preguntó a Claudia cómo le parecía y ella le contestó que estaba de maravilla.
Yo brincaba, le cogía las tetas a Claudia y veía cómo se le movían las tetas a Norma. Mientras tanto, Claudia me acariciaba los huevos por debajo de ella y con la otra mano se masturbaba. Ella se corrió y casi simultáneamente me vine yo. Me corrí dentro de su culo. Pero fueron como dos o tres chorros, todavía quedaba algo. Entonces Claudia se levantó y colocó su cara cerca de mi verga. El cuarto y quinto chorro cayeron en su cara.
Norma estaba lista. Se notó cuando se corrió, al igual que Marcio. Ambos soltaron gritos de pasión y luego quedaron agotados.Así fue esa noche de placer. Luego repetimos una sesión más. Agotados nos quedamos dormidos. Norma durmió con Marcio y Claudia conmigo. Así fue este intercambio de parejas con mi mejor amigo, que duró hasta tres días más.

Sudor y sexo

Sentí tus manos que me acariciaron toda
y me fui sumiendo en deseos locos
hasta entregarte todo mi cuerpo
mis sentidos y mi alma.

Sentí tus labios que me besaban toda
y me fui entregando
hasta caer rendida en el arte del amor.

Sentí como entrabas
lentamente en mi cuerpo ardiente
buscando el éxtasis
de un orgasmo completo.

Y... fui tuya... tuya por completo
y vimos el amanecer
que nos sorprendió amándonos
hasta caer rendidos
llenos de sudor y sexo.

Sentí tu amor que me embriagaba toda
fui tuya y tu mío
y así... nos quedaremos
hasta que pasen los años
y recordaremos siempre
este aroma a sudor y sexo.

LeylaChil

miércoles, 21 de octubre de 2009

Infiel

Les voy a contar primero cómo soy físicamente para que tengan una idea de quién soy cuenta este relato. Tengo 23 años, soy bajita, 161cm, peso 54kg, pelo castaño corto, ojos verdes, rostro bastante lindo creo, tengo 102 cm de busto, cosa que debido a mi pequeña figura vuelve locos a los chicos, cintura delgada y unas nalgas de 87cm. Mi piel es blanca y mis pies diminutos. Me gusta llevar ropa ligera, blusas apretadas y pantalón o falda corta. Me excita bastante que me miren los hombres, lo que pone muy celoso a mi novio, y esto me gusta.
Ese día llevaba puesta una camisa blanca y un pantalón negro muy ajustado. Pasó en un pueblecito de montaña en el que paso casi todos los veranos. Tengo novio desde hace unos 4 años y estoy muy bien con él. Ese día se desplazó con unos amigos a celebrar una despedida de soltero y yo quedé sola aquí en el pueblo. Como ya tengo muchas amistades aquí, salí a cenar con unas amigas. Después de la cena nos fuimos a tomar algunas copas y acabamos en el único local nocturno que hay en el pueblo. Había mucha gente ya que en verano hay mucho turismo aquí. Entre ellos estaba un chico que conozco desde hace años y que también es amigo de mi novio. Se llama Marco, pero todos le llaman "Bruce" (no sé por qué motivo). Es muy tímido con las chicas. Es moreno, pelo corto, ojos marrones, bastante alto y tiene un cuerpo envidiable. Lo he visto a veces en la piscina y me vuelve loca.
En fin, le saqué a bailar y estuvimos bailando y charlando casi dos horas. Él, al principio, no creo que se hubiera imaginado cuáles eran mis propósitos aquella noche. Bailábamos cogidos de la mano y separados (yo no quería despertar sospechas en la gente, ya que en un pueblo pequeño todos se conocen y enseguida sale a la luz cualquier tontería). Me desabroché un botón de la camisa por el calor y para calentar aún más a mi compañero de baile. Como era bastante más alto que yo, contempló enseguida mi escote. No me fue difícil convencerle ya que él también estaba excitadísimo después de tenerme tanto rato junto a él contemplando mis atributos tan cerca.
Estuvimos hablando y quedamos citados al cabo de 10 minutos en un piso que tenían sus padres en el pueblo y donde no vivía nadie. Cogimos cada uno su coche, primero él y al cabo de cinco minutos yo, para no despertar sospechas, y nos fuimos hacia allí.
Bruce ya me esperaba con la puerta medio abierta. Al momento de entrar me lancé sobre él como una perra en celo. Estaba súper excitada. Al principio él tenía un poco de miedo ya que, como me confesó al final, a sus 24 años aún era virgen.
Empecé a besarle la boca, juntando nuestras lenguas y jugando con ellas. Cogí yo la iniciativa y le quité su polo azul. Con mi lengua seguí su cuello y su pecho de abundante pelo hasta llegar a su cintura. Le desabroché el cinturón y le toqué su enorme bulto por encima del pantalón, que estaba a punto de romperse. Seguidamente le bajé el pantalón y froté mi cara por encima de su calzoncillo. Finalmente se lo quité todo. Al bajarle el calzoncillo me golpeó en la cara su enorme miembro. Era increíble. Yo nunca había visto nada igual, sólo en las pelis porno. Debía medir unos 24 o 25 cm y era bastante grueso. No tardé en cogerlo con mis pequeñas manos, que casi no abarcaban aquel miembro. Lo podía coger tranquilamente con las dos manos y empecé a chuparlo desde la punta, buscando cada rincón de él con mi lengua, hasta que me lo tragué casi todo entero de un golpe. No me cabía todo dentro, me faltarían unos 5 cm para tragármelo todo y su punta tocaba ya en el fondo de mi garganta. Se lo chupé durante cinco cortos minutos. Era increíble ver la cara de gusto que ponía el chico, lo cual hacía que me pusiera aún más caliente. Yo estaba toda mojada ya.
Paré un momento de mamársela y me quité toda la ropa. Ya hacía rato que él me tocaba todo mi cuerpo, pero el pobre no se atrevía a desvestirme. Cuando vio mi cuerpo desnudo creo que aún le creció más el pene. Se lanzó a lamer mis tetas rápidamente. Mis grandes pezones estaban durísimos y calientes. Luego fue bajando hasta llegar a mi coño, que estaba todo empapado de jugos (yo me había corrido ya una vez). Siguió toda su lengua por mi entrepierna, lo lamió todo, los pelítos negros que tengo encima hasta llegar a los labios húmedos, que besaba con toda su fuerza hasta que consiguió que me corriera otra vez.
Yo aún estaba disfrutando del último orgasmo y, cuando me di cuenta, se estaba masturbando con fuerza. Se lo impedí enseguida ya que se hubiera corrido muy pronto y le dije que esto era faena mía. Volví a chupársela un rato y, cuando estaba a punto de correrse, le dejé enseguida para evitarlo. Le obligué a tumbarse en la cama y me monté encima de él.
Al principio me dolió un poco debido a que nunca había tenido un miembro de esas dimensiones dentro de mí pero luego, cuando las paredes de mi coño se adaptaron a tal instrumento, mi cuerpo gozaba como nunca, mientras él presionaba mis tetas con sus manos y cerraba los ojos sin dar crédito de lo que le estaba ocurriendo en aquellos momentos.
Después de unos dos minutos de saltar encima de aquella verga ví cómo Bruce apretaba los dientes con fuerza y gemía al mismo tiempo, lo que me hizo suponer que estaba a punto de correrse dentro de mi vagina. Por eso me excité aún más y le follé con más fuerza. Poco antes me había confesado que hacía dos semanas que no se masturbaba. Cuando descargó toda la cantidad de leche dentro de mi coño creí por unos instantes que me iba a desmayar. ¡Madre mía!, qué cantidad de esperma descargó dentro de mí. Nunca antes había tenido una sensación tan grande de placer.
Y le dí mi recompensa. Chupé aquella banana hasta no dejar ni una gota de su leche. Luego practicamos un 69 fabuloso, me trabajó muy bien mi clítoris visto que era la primera vez que lo hacía. Yo me corri dos veces por una de él, que lanzó otra descarga encima de mis pechos y de mi cara. Qué noche.

martes, 13 de octubre de 2009

poema

tu culo….
urbe donde habitan mis anhelos, sorbia trasposicion de lo oculto, panoramica impremisible, sugestion de mis sentidos, remanso acogedor, arrebato lujurioso de mis mañanas cuando, aun adormecida inicias el simple proceso de acurrucar tus nalgas junto al ardor de mi sexo.



tu culo….
vaiven que me estimula cuando andas, ominoso balance que me aniquila, feroz conjugacion de amor y deseo, asuncion de tu cuerpo con mi ansia, arquitectura febril que me atosiga cuando, al fin, te apoyas sobre mi sexo, y expandes mi universo que te aguarda mitigando el dolor de mis sentidos.
tu culo….
pareado de curvas insinuantes, soneto de incandescente rima, cantico invertido para voz átona, tiernos brotes de ortodoxia discutible, petalos arrebolados por mis caricias, violenta emanpacion de tu externo, que se torna moldeable entre mis dedos, cual suprema concepcion de mi deseo.








La mujer

Cuando Dios decidió crear a la mujer, encontró que había agotado todos los materiales sólidos en el hombre y no tenía más de que disponer.
Ante este dilema y después de profunda meditación, hizo esto:
Tomo la redondez de la luna;
las suaves curvas de las olas,
la tierna adhesión de la enredadera,
el trémulo movimiento de las hojas,
la esbeltez de la palmera,
el tinte delicado de las flores,
la amorosa mirada del ciervo,
la alegría del sol,
y las gotas del llanto de las nubes,
la inconstancia del viento y la fidelidad del perro,
la timidez de la tórtola y la vanidad del pavorreal,
la suavidad de la pluma de un cisney la dureza del diamante,
la dulzura de la paloma y la crueldad del tigre,
el ardor del fuego y la frialdad de la nieve.
Mezclo tan desiguales ingredientes, formo a la mujer y se la dio al hombre.

domingo, 11 de octubre de 2009

Danzando

Después de un par de copas, te encuentras desinhibida, Me pregunto si serias capaz de bailar delante de mí, mientras estamos aparcados en un lugar perdido. Tu danzando delante de los focos del coche jugando a ser lo tu imaginacion te indeque.
Sinceramente, tú no nesecitas imaginar por que tú eres una preciosidad por la cual he perdido la cabeza. Una chica que ahora, sin que yo le diga nada, está siendo una autentica ninfa dentro de mis fantasías.
Me encanta verte jugueteando con tus cabellos, con tu melena, levantándola por encima de tus orejas y dejándola caer, girando sobre ti y mirándome a través del cristal del coche. Eres tan autentica, tan única, tan maravillosa. Te apoyas sobre el capó del coche y sonríes. Esa sonrisa es maliciosa, pervertida. Te apartas a saltitos un par de metros. Justo lo necesario para verte de pies a cabeza. Te has quedado de espalda y toda tu figura crea una sombra gigantesca contra la pared. Hermosa sin duda la escena que tengo delante. Ojala tuviera una cámara para plasmar este momento.
Empiezas a moverte, a danzar nuevamente, mientras te vas desnudando frente a mí. Vas lanzando la ropa, de un lado a otro, algunas encima del coche. Te gusta provocarme y sabes que lo consigues, aunque sea sin desnudarte, con tu sola presencia, con tu suave voz.
Te das la vuelta, no te queda nada arriba, salvo el sostén medio descordado. Me acerco hacia delante, tu hacia el coche. Sonríes y haces carita de niña inocente. Me gusta, eres tan camaleónica que me atraes todavía más.
Estiras los brazos, los sostenes desde ese ángulo de visión siguen protegiendo tus pechos de mi mirada. Los acercas, los alejas, me dejas entrever algo, pero nada más allá de lo que tú quieres que vea. Te acercas hasta mi ventanilla. Sinuante, sexy, erótica, diablesa que eres. Dejas caer la prenda de ropa y apoyas tus pequeños y preciosos pechos contra el cristal. Si te pudiera tocar, pero no lo puedo hacer, sabes bien el porque, no me lo digas, no me lo niegues, rompería la magia del momento. Debo esperar. Te vuelves a alejar, jugando, contorneándote, libre de cualquier atadura que te han dado los hombres desde los inicios. Eres libre, desnúdate para este que ahora es tu esclavo en esta noche de sombras.
Sigues danzando, y oigo en la lejanía un coche pasar. Las luces van llegando y salgo a prisa a abrazarte por este regalo que me has dado, por este momento íntimo. Te llevo hasta el coche que te ha inspirado. Recojo tus prendas. Recuerdo como te las has quitado y entro en un bucle de fantasía sexual, arrogante, dominante, y te las entrego sumiso, entregado a ti.

Norma

Las primeras caricias del sol de la mañana traspasaban tu piel transparente. Yo te miraba fijamente. Me encanta hacer el amor recién levantada. Me acerqué a ti y acaricié tu blanco cabello, más alborotado que otras veces. Te revolvías inquietamente, tratando de alcanzarme sin éxito. Decididamente me quité la camiseta y dejé a mis pies, a un lado, las bragas enroscadas. Un ligero calor se apoderó de mi cuerpo desnudo. Era el día perfecto, el sol aún brillaba bajo y tus brazos blanquecinos se estiraban en mi dirección y se venían abajo al no conseguir rozarme. Pero finalmente me dejé alcanzar. Comenzaste a lamer despacio mis pies y yo fui avanzando para sentirme más cerca de ti. Te dejé ir ganando terreno por todo mi cuerpo Tu excitación se hacía patente en la brusquedad de tus movimientos, tus extremidades se enroscaban ahora por mis piernas. Nunca te había visto tan apasionado. La suavidad de tu piel se mezclaba con la de la mía. En este punto me incliné hacia ti para besarte, un largo y húmedo beso con el que yo me entregaba definitivamente a ti.
Sentí entonces cómo rozabas mis muslos y me estremecí, los acariciabas frenéticamente, casi golpeándote contra ellos, y un dedo perdido se deslizo hacia mi sexo, y yo suspiré. Uno y mil dedos entraban y salían de mi intimidad, y yo disfrutaba de ellos, desencadenantes de tantos otros orgasmos. Tenía algo de frío, pero mi cuerpo era puro fuego. Poco a poco iba notando cómo seguías recorriéndome. Sin dejar de masturbarme, tú ejercías un suave masaje sobre mis pechos, y los pezones estaban tan duros que me dolían, como cuando tengo mucho frío. Juegas con ellos, los mordisqueas, los lames, y esta terapia térmica que contrasta frío y calor me lleva al borde del éxtasis.
Pronto sentí cómo me penetrabas, me hacías tuya. Me pillaste desprevenida, y mi cuerpo se sacudió violentamente, pero tú me mecías con tu alocado vaivén, consolándome. Mi respiración se agitaba cuanto más cerca estaba del clímax, se entrecortaba e incluso propiciaba algún jadeo ronco. Tu sed de mí me quitaba la vida, qué paradoja… Mis fluidos se mezclaban ahora con los tuyos, mientras yo me hundía en tu abrazo eterno, en el que tus fríos brazos recorrían sin cesar mis piernas, mi sexo, mi cintura, mis pechos, mi cuello, me acariciaban maliciosamente y rozaban mis labios, tornándolos violeta. Ningún rincón de mi cuerpo escapaba a tus caricias, me ponía a mil, y mi cuerpo estalló en un espléndido orgasmo. Mi boca entreabierta quedó a merced de la humedad de tus besos, deleitándome con tu sabor salado. Mis ojos entreabiertos me dejaban ver el cielo. Mi respiración, completamente acelerada, perdía fuerza rápidamente. Mi pecho parecía incapaz de contener los latidos de mi corazón, cuyo ritmo desenfrenado fue dejando paso al sosiego… Pero me dolía, me dolía mucho, y debía ser de tanto amor. Estaba cansada. Mientras me dejaba mecer en tus brazos, mientras aún acariciabas mi cuerpo y mis cabellos, recordaba otros encuentros fortuitos contigo. Siempre la misma violencia, pero nunca me sentí después tan calmada. Y me duermo, me duermo en tus brazos al son de tu nana, me sumo en un sueño eterno.
Y no despierto. Pero tú, egoísta, después de poseerme, me arrullas para que me duerma y me abandonas a mi suerte. Quedo tendida horas después sobre la arena, esperando que alguien me encuentre. - Se llamaba Norma. Davara

jueves, 8 de octubre de 2009

Regalo

Te Regalo Un Cielo
Colmado De Estrellas,
Con Cometas Dorados
Y Brillantes Luceros.

Te Regalo Esta Noche
Donde Reina La Luna,
Entre Nubes De Plata
Y Destellos De Luces.

Te Regalo Los Mares
De Aguas Cristalinas,
Con Peces De Colores
Y Conchas De Nácar.

Te Regalo El Silencio
De Mis Pensamientos,
Donde Anido Deseos
Y Gratos Momentos.

Te Regalo Mil Besos
Que Esperan Ansiosos,
Por Llegar A Tu Boca
Y A Todo Tu Cuerpo.

Te Regalo Mi Jardín,
Lleno De Ensueños,
Donde Cultivo Rosas
Y Pienso Los Versos.
Anibal

martes, 6 de octubre de 2009

Un favorcito

Esta historia comienza una noche en la que voy a bailar con mi hermana y unas amigas de ella, entramos al boliche y fuimos a tomar algo y después algo mas, hasta que me encuentro con mi amigo, con el sabíamos portugués, por cuestiones laborales, algo básico pero hablábamos bien, los dos somos dos caraduras y bastantes facheros, lo suficiente como para que las minas nos den bola. Mientras tomábamos unas cervezas en la barra me dice: “mira a esas dos”, cuando miro había dos minas, una rubiecita y una morocha, medias petisas las dos, y me cuenta que esas eran compañeras de la secundaria, que habían hecho los últimos tres años con el, y también me dijo que le había querido dar a la morocha y nunca había podido, que lo acompañe a chamuyarlas y le saque a la rubia de encima, y fuimos derecho. Llegamos, me presento a las dos, pero me presento como su hermanastro de Brasil, que había venido de vacaciones, yo las salude en portugués cagandome de la risa, mientras les contábamos una historia en la que el padre de el antes de casarse se había mandado una en Brasil y nos enteramos hace unos años, mientras el contaba en castellano, y trataba de hablar en portuñol.La rubia chica era bastante bonita, yo había estado con chicas mas lindas, pero como fue un favor para un amigo fui igual, se dieron cuenta de que estábamos chamuyando, y como estaba todo bien, seguimos con ellas. Al principio la rubia estaba medio cerrada, no parecía que la iba a poder separar de la amiga, le pregunte si sabia que trago preparaban de bueno en ese boliche y me contesto con un “no se, es la primera vez que vengo porque yo tengo una hija”, la mina tenia 21, yo me quede helado, nunca tuve problemas con eso, así que comencé a hablarle de mis 3 sobrinos, y a preguntarle sobre su hija, y ahí es cuando empezó a aflojar un poco empezamos a hablar, a joder, a tomar, y entre risa y risa, nos besamos, a la vista de eso, mi amigo le encajo un beso a la morocha y nos separamos, a todo esto ya había pasado como una hora, y a eso de las 7 me dice mi hermana que querían irse, le pedí el teléfono con la promesa de llamarla.El lunes como había quedado la llame por teléfono, y por la tarde nos encontramos en una plaza en donde me contó un poco su historia, de que desde los 15 había salido con un pibe de su curso, que había quedado embarazada a los 17 y se casaron, que el viernes se había peleado con su marido, y por eso había salido el sábado, justo cuando aparecí yo (no es la primera vez que me pasa), hablando, jugando un poco en la plaza quedamos para el miércoles en su casa.
El miércoles a la tarde fui para allá, llamo, viene y me abre la puerta, cuando tuvimos que entrar a su casa, lo hicimos por la puerta de atrás, porque tenia un problema en la cerradura, cuando vamos por el pasillo hacia el comedor, veo en la habitación de ella que estaba todas las luces apagadas, menos un velador de chicos, de esos que tienen dibujos que dan vueltas, y le pregunte por su hija, y me dijo que se había ido a pasear con los abuelos, a todo esto el marido tampoco estaba durmiendo ahí por esos días.Nos sentamos, me fije los CDS que tenia y puse música, Lenny Kravitz – Circus, me pareció ideal, empezamos a hablar, a besarnos, pero ella como que se resistía, pero de a poco aflojaba, y así cada vez mas, nos besamos, se me sentó encima mío de frente, nos empezamos a tocar, a acariciar, me estaba volviendo loco con sus gemidos, pero cuando le quise sacar la camisa me dijo que no, que no quería que piense que era una chica fácil, le dije que no creía eso, que si no quería hacer nada, estaba bien. Pero de a poco seguí jugando con ella, de a poco le desabroche la camisa, mientras le tocaba los pechos y besaba su cuello, mientras con una mano le tocaba la cola con la otra le desabroche el corpiño, se lo saque, y empecé a besar sus pechos, a succionarlos de a poco, y cada vez con mas fuerza, ella ya no se resistía cuando le desabroche el pantalón.Me pare con ella encima mío todavía, y la lleve hasta su habitación, ahí la tire sobre la cama y me subí sobre ella, tocándola y besándola, seguí con sus pechos, ella solo gemía, baje besándola por su panza, le saque los pantalones, la empecé a tocar suavemente sobre su tanga negra que tenia, empecé a meter mis dedos por debajo de su tanga, se la sentía mojada, movía sus piernas, y seguía sin hablar, solo gemía.Despacio le saque su ropa interior, y comencé a tocarla, a meter mis dedos dentro suyo, mientras sentía como se mojaban mis dedos, la miraba como ella gemía, con los ojos cerrados, mientras los dibujos daban vueltas sobre las paredes, me acerque y comencé a besar sus piernas, hasta que llegue ahí, y ella ya gemía cada vez mas fuerte, yo alternaba mis dedos con mi lengua, hasta que ella hablo y me pidió “metemela ya” con un tono autoritario. Entonces le saque su camisa que es lo único que le quedaba, me acosté boca arriba en la cama mientras me sacaba la remera, y ella me sacaba los pantalones y mi bóxer, rápido, hasta me araño la pierna sacándomelos, me empezó a tocar y agarrandome el pene se lo metió todo en la boca de una sola vez, empezó a hacerme una fellatio espectacular, parecía que esa era su ultima vez, yo le preguntaba si le gustaba y ella sin sacársela de la boca me decía que si, o eso era lo que me parecía, entonces la agarre del mentón y la lleve hasta que se sentó sobre mi y ella se encargo sola de acomodarse de la manera mas conveniente, se sentó encima mío y comenzó a moverse de una forma tal que no lo podía creer, mientras yo tocaba sus pechos, acariciando sus pezones, lamiéndoselos y metiendo mis dedos en su boca.Enseguida ella acabo, pero sin que se levante seguimos una vez mas, repitiendo todos los movimientos, hasta que los dos llegamos juntos esta vez.Al quedarnos acostados un rato me contó que sentía culpa, pero yo le explique que lo único que buscaba era sexo, que era lo que le había dicho desde el principio, y comencé a tocarla de nuevo, a besar todo su cuerpo, la di vuelta bese su espalda, la toque, la puse en cuatro patas y comencé a tocarla por todos lados, mientras me ponía nuevamente en condiciones, la penetre agarrandola de la cintura con la mano izquierda mientras con la derecha metía de mis dedos en su cola, primero uno, grito cuando se lo metí entero, pero me dijo que le gusto, empecé a jugar así, hasta que lo único que estaba haciendo era meter mis dedos en su cola, mientras le pedía que me mire, cuando me miro, la empecé a penetrar por la cola, de a poco me costo, era su primera vez y se notaba, me decía que le dolía, que pare, pero yo no paraba de a poco iba metiéndosela toda, y le pedía que me diga que le gustaba aunque le doliera, hasta que pude metérsela entera, y nos quedamos un momento quietos, disfrutando el momento, hasta que de a poco se empezó a mover y yo también, la agarre de la cadera, y empecé a moverme, a metérsela, a escuchar como gritaba, de dolor y de placer, hasta que le dije que estaba por acabar, y le pedí hacerlo sobre sus pechos, y me dijo que no que lo quería en la boca, y así lo hice.Después de ese miércoles volvimos a hablar el jueves y el viernes y me dijo que estaba arreglándose con el marido, le dije que estaba bien, que piense en su hija, pero como yo estaba trabajando quedamos en seguir hablando el lunes siguiente, pero cuando el lunes subo al colectivo la veo de la mano con un tipo, me miro, se notaba su nerviosismo, se puso colorada, la mire y seguí hasta el fondo del colectivo sin decir una palabra, y sin ni siquiera mirarla para que no tenga problemas, y no la volví a llamar mas.

lunes, 5 de octubre de 2009

Te Amo

Te amo más...
cuando te empiezo a despertar
cuando te encuentro desnuda posando para palabras muertas.

Te amo más...
cuando te encuentro ausente
cuando el viento te roba la piel y tu arropas con jirones mis deseos.

Te amo más...
cuando bordeas con tus manos Mi sexo firme
cuando tus labios se consumen todo mi universo estéril.

Te amo más...
cuando entre la obscura sensación
deletreas mi nombre
huérfano de voz entre la humedad y tu lengua anónima

Te amo más...
En el instante eterno
En el paisaje nocturno de tus senos
En la brevedad de tus uñas
Que arañan la tinta de mi piel
Haciendo de mí
Un lienzo virgen
Expuesto a los deseos de tu arte.
F.B.

domingo, 4 de octubre de 2009

solo una noche

Al verte llegar con esa blusa blanca sin corpiño y el frio que dejaba que tus pechos se endurezcan, el viento que te apretaba la pollera al cuerpo y dejaba a mi mente imaginar la tanga que debajo llebabas, mi pene se exito al verte ya que tus pasos pausados y tu mirada fija en mis ojos dejan ver que esta noche seria inolvidable... nos encontramos, nos saludamos apenas si rozando nustros labios, aunque sabiamos lo que ibamos a hacer ninguno queria siquiera insinuarlo, no hicimos dos cuadras que no aguante y en medio de la calle te bese... aprete fuerte tus caderas a las mias para que puedas sentir que mi ereccion ya era incontrolada, me apartaste de tu cuerpo, y cuando pense que te habias enojado por mi mala accion, metiste tu mano dentro de mi pantalon para sentir que tan caliente estaba mi pene y mientras lo hacias me dijiste "no queres sentir mi humedad...yo tambien estoy caliente..." luego de unos minutos de un juego intenso en esa calle a la 1am caminamos abrazados, sabiamos que corriemos el riesgo de ser juzgados, pero era solo un dia, una noche, unas horas y habia que disfrutarlo...llegamos al hotel y antes de que tonta y bruscamente me abalance sobre vos, me dijiste, para! por que no mejor preparamos el hidromasaje? venias dispuesta a disfrutar de estas horas al maximo pense, y sin dudarlo lo prepare, con la musica de fondo nos metimos en el hidro... me calme por que crei que me estaba apurando mucho y que si lo seguia haciendo no iba a disfrutarlo como debia, tu cuerpo mojado la espuma en tus pechos las burbujas saliendo dando vueltas jugando por toda la bañera, antes de que emita algun sonido, te paraste y yo no podia creer el estar viendo por primera y unica vez tu cuerpo desnudo aunque cubierto por la espuma, como si supiera donde situarse dejaba ver lo que se podia y lo demas lo tapaba y me invitaba a descubrirlo, al verte de pie delante mio no hice mas que ponerme de pie frente a tu cuerpo con mi ereccion a mas no poder la tomaste entre las manos y comenzaste a mastubarme suevemente y mirando con atencion lo que hacias, me dirijiste hasta dejarme sentado en la bañera, y vos te colocaste con las rodillas apoyadas en el fondo de la bañera y una mano apollada en mi rodilla, mientras que con la otra jugabas con mi pene como si fuese el primero que agarrabas, y sin poder resistirlo comenzaste a introducirlo en tu boca con suavidad con delicadeza, despacio tu cabeza subia y bajaba tu lengua jugaba con el largo de mi pene y yo no hacia mas que mirar desde arriba como tus hermosos senos golpeaban con el agua y se llenaban a la vez que se limpiaban de la espuma que no me dejaba verlos del todo, de repente te detuvise y te volviste a parar, dejaste un pie en la bañera y apoyaste la otra pierna sonbre mi hombro, dejando al descubierto ante mi atonita mirada tu belleza vaginal, no tenia mas opcion que saborearla como es debido, primero mi lengua rozo los alrrededores como para que sepas a que te exponias, me aleje unos segundos para que mis dedos suavemente ayuden a tu exitacion y al instante sin pedir permiso mi lengua se introdujo en tus profundidades queriendo llegar a alcanzar el jugo de tus adentros, mi satisfaccion era tu rostro ya que parecias estar gozando como nunca antes lo habias hecho, nos secamos y fuimos a la cama, te acostaste boca abajo dejandome tu cola al alcance de mi vista, la cual fue deseada por mi lengua, y sin dudarlo me abalance nuevamente pero esta vez desde atras, tus gemidos eran increibles, ya no hacia falta que yo hiciera fuerza para entrar pues esras vos quien hacia fuerza para que entre, casi sin fuerzas me dijsite "penetrame..." haciendo caso a tu pedido, y con tu cola bien lubricada por mi saliba entre despacio para no lastimar, a la vez que con lentitud entus adentros mis dedos jugaban con tu clitoris para que tu goce sea extremo, me pedias que lo haga mas y mas fuerte, asi que fui aumentando con lentitud, cuando quise darme cuenta llebaste tu exitacion al maximo regalandome un orgasmo por lo que te di vuelta para poder introducir mi lengua en tu vagina y sentir los latidos de tu interior... casi sin darme cuenta mientras acababas introdujiste mi pene en tu boca, saboreandolo con pequeños y debiles movimientos que alcanzaron para dejar mi semen en tu boca, ya que eso era lo que querias probocar, y casi sin fuerzas lo saboreaste lo mas que pudiste, accion que no permitio que mi exitacion pasara, por lo que volvimos a empezar.... alma celeste

sábado, 3 de octubre de 2009

Orgasmo Simultáneo

Uno de los grandes mitos del sexo es que para que el orgasmo sea lo máximo tiene que ser simultáneo, ¿por qué, en honor a qué? Considero que es lindísimo ver como se sume tu pareja en las oleadas del erotismo hasta alcanzar el clímax y luego él te observa a ti tocar los dinteles de la gloria, no creo que haga falta nada más, no tiene porque ser un acto al unísono, tampoco la sincronización une más espiritual o sentimentalmente a la pareja..
Ahora que si se da juntos está bien pero que no se vuelva un objetivo y mucho menos una obsesión. No porque la mujer gima como enajenada aludiendo a frases cachondísimas tiene un orgasmo simultáneo con su pareja , podría estar fingiendo.
Lo cierto es que un orgasmo simultáneo es una rollo muy difícil de cumplir, no es de ninguna manera “enchílame otra gorda “ ya que la sexualidad femenina es diferente a la masculina. El con una buena frotada y los movimientos que con lleva la penetración puede llegar ipso facto al clímax, pero la mujer necesita por lo general ayudarse con la estimulación del clítoris para llegar a éste punto durante el coito y en muy pocas posiciones se consigue el codiciado anhelo, por lo que requiere la mano de él o la de ella misma para concretarlo. O sea que de todas maneras difícilmente se alcanza el orgasmo simultáneo vía el coito a menos que esté acompañado de la masturbación.
En pocas palabras la simple incursión del pene en la vagina resulta deliciosa, pero no por eso proporciona el estímulo que las féminas necesitan para llegar al orgasmo. Las películas suelen poner que la mayoría de los orgasmos son simultáneos, pero ya sabemos que es truqueado. En todo caso, la sincronía sexual no es garantía de que las relaciones sexuales sean más placenteras a que si cada quien llega a su tiempo y a su ritmo. Eso de que tenemos un ajuste perfecto o ya encontré a mi media naranja porque llegamos juntos al orgasmo suena más falso y más cursi que nada
Además se requiere mucho conocimiento no sólo del propio cuerpo, sino del de la pareja también. La mujer es sumamente vulnerable a la excitación cuando se estimula su clítoris y los labios menores y mayores, y entre otras de sus zonas preferidas están los pezones, la parte anterior de brazos, la nuca, la espalda, el interior de los muslos y el derriere.
Por su parte Sonia nos escribió lo siguiente: El orgasmo simultaneo, es el sueño de mi pareja, sin embargo casi nunca lo tengo al mismo tiempo que él, ¿qué puedo hacer para satisfacerlo?.
Querida Sonia dile a tu pareja que el orgasmo es una respuesta del sistema nervioso central y en este tipo de reflejos no mandamos; y si lo intentamos hacer, lo más seguro es que el delicado mecanismo del reflejo se desequilibre provocando orgasmos rápidos o erecciones prolongadas en los hombres y anorgasmias en las mujeres.
Lo importante: estar satisfechos al principio, en medio y al final, sentir placer y no ansiedad. Lamentablemente, muchos varones consideran como un fracaso el que su pareja no tenga el orgasmo cuando ellos deciden que ha de tenerlo, es decir, no sólo pretenden controlar su propia respuesta sino que también quieren hacerlo con la de su pareja introduciendo demasiada presión en la relación y eso no augura nada bueno.
MÓNICA MARTIN

viernes, 2 de octubre de 2009

Tu y Yo




Tú... tentadora, como la manzana;
atrayente, como la luz;
dulce, como la miel;
deliciosa, como la fruta;
delicada, como la nube;
ofrecida, como la promesa;
acogedora, como el hogar;
mimosa, como la gata;
profunda, como la mar;
perfumada, como la flor;
misteriosa, como la noche;
romántica, como la poesía;
sensual, como el terciopelo;
esperada, como el futuro...
Así deseo seas en mi amor.
Yo... cálido, como el verano;
sensible, como la piel;
aventurero, como el viento;
experimentado, como el pasado;
juguetón, como el niño;
estimulante, como el vino;
atrevido, como el abismo;
tierno, como la madre;
apasionado, como el volcán;
entretenido, como el tiempo;
voluptuoso, como el humo;
complaciente, como la tierra;
amante, como la sombra;
eterno, como el paraíso...

Anonimo