sábado, 29 de agosto de 2009

La Mamacita de mi amigo

Eran las 8 de la noche y estaba en la casa de German, mi mejor amigo, haciendo un trabajo de derecho civil que teníamos que entregar al día siguiente. Norma, la mamá de mi amigo, me había ofrecido quedarme a dormir ya que se había hecho bastante tarde y yo vivía algo lejos, y acepte la generosa oferta.
Mi relación con German era y sigue siendo perfecta, nos llevamos bárbaro y nos entendemos entre nosotros a la perfección. Norma es una mujer de unos 38 años con unas tetas chicas pero muy bien formadas, una cola perfecta de gimnasio y una boquita increíble que excitaba a cualquiera. Todos los amigos le tenían ganas y, generalmente, jodian a German con ella. Yo realmente nunca me había fijado en ella como una mujer, sino, simplemente, como la mamá de mi mejor amigo, hasta esa noche. Después de cenar y ya preparándonos para dormir, me dirigí hacia al baño. La puerta de la habitación de Norma estaba entreabierta y German ya acostado en su cama por lo que decidí echar un vistazo. La vi ella semidesnuda, solo con una bombachita, que no llegaba a ser una tanga pero que me puso a full. Al ver que ella se dirigía hacia la puerta seguí mi camino hacia al baño como que no había pasado nada.
Ya acostado, ella vino a darnos las buenas noches. German quedo palmado enseguida, pero yo no podía pegar un ojo, tenia la imagen de Norma en la mente y eso me calentaba.
Recordé que German tenía los canales codificados por lo que me dirigí a la sala, prendí la tele, puse uno de los canales en mute y comencé a masturbarme lentamente. Estaba viendo como se cogían a una rubia sobre la mesa de una cocina y pensando que ese hombre era yo y esa mujer Norma me calenté mal y empecé a masturbarme con toda la furia. No se que toque, o que paso pero el mute de la tele se salio y se escucharon varios gemidos. Enseguida volví a poner el mute y me fije si German o Norma se habían despertado pero los dos seguían dormidos. Volví a lo mío, quería acabar pensando en ella. Cerré los ojos dejándome llevar por el placer de esa paja. Al abrirlos me encontré con Norma parada en el pasillo mirando como yo me pajeaba, como por acto de reflejo, traté de esconder mi poronga adentro del pantalón. Ella se sentó al lado mió y me dijo:
- No te preocupes, entiendo en la edad que estas, no pasa nada. Es mas, desde que me separé de mi marido, a veces lo hago, no tiene nada de malo.
- Es que me da verguenza, Ud es la mamá de mi mejor amigo.
- En serio, no te preocupes. Después de esas palabras, ella estiró su mano, sacó mi pija del pantalón y me empezó a pajear ella, y agregó:
- Yo te puedo ayudar.
Yo no sabía que hacer, la mamá de mi mejor amigo, que estaba buenísima me estaba pajeando en el sillón de su sala y German durmiendo en su habitación como si no pasara nada.
Puse mi mano sobre una de sus tetas y se la comencé a acariciar por encima de la remera, al ver que le gustaba, comencé a acariciarle la otra. Tenía los pezones duros, estaba tan excitada como yo.
- Acá no, nos puede escuchar German. Vamos a mi estudio. Me agarró de la pija y me llevó hasta su estudio donde atendía a sus pacientes (ella es psicóloga).
Cerró la puerta y comenzó a besarme apasionadamente. Nuestras lenguas se tocaban provocando tal calentura que yo estaba por explotar. Le saqué la remera y empecé a chuparle los pezones desesperadamente. A ella no le molestaba, sino que la calentaba más y más.
- Ahora me toca a mí Me sentó en el sillón y me bajó los pantalones.
Comenzó a pasar su lengua lentamente por la punta de la pija. Eso me provocó una erección y ella al notarla se la metió entera en la boca. Era algo increíble, la experiencia que tenía esta mujer a la hora de chuparla era realmente algo admirable.
- ¿Voy a tener que hacer todo yo?
Esa frase me terminó de calentar, me paré ya con la pija a mil y le bajé los pantalones. No era la primera vez que cogía, sabía que tenía que calentarla un poco yo a ella porque sino se iba a complicar.
Así, que me aguanté un poco mas, le bajé los pantalones y la abrí de piernas sobre el sillón. Comencé a pasarle la lengua por concha, suavemente, y luego con mas rapidez y algún que otro dedo.
- Aaaah!, que bien que lo haces!
- Te gusta?
- Me encanta!, quiero sentir tu pija adentro mío, ya!
Me hizo sentarme a mí y se sentó arriba mío. Empezó a cabalgarme y yo le amasaba las tetas con las manos mientras ella saltaba y gemía de placer.
Mi pija estaba en su máximo potencial, entraba y salía de esa concha hermosa y depiladita y yo estaba en el paraíso. Dejó de cabalgarme y se paró yo la tomé por la espalda y la conduje hasta la pared.
Ella apoyó sus manos sobre la misma y esperó. Yo pasé un poco mis dedos por su concha mojadita y probé los jugos que me quedaron en los dedos y me encantaron. Tomé mi poronga con la mano y la conduje hasta su concha y se la metí hasta al fondo, logrando que ella soltará un gemido de placer interminable. Me la estaba cogiendo de tal manera, que ya no era la mamá de mi amigo, era la puta mas puta de todas y eso me encantaba.
- Quiero esa cola
- Estas seguro?
- Sí, la quiero toda Se puso en cuatro sobre el famoso sillón de diván, dejando que yo le viera ese ojete tan perfecto, que si bien ya estaba roto, era toda una tentación.
Le empecé a chupar el culo y a colarle un par de dedos. Una vez que ella me dio el OK, comencé a meter lentamente mi poronga en esa cola hermosa.
- Aaaaaahh!, que rica pija, métela toda Haciendo caso a lo que ella me decía comencé a meterla y a sacarla lentamente y así cada vez mas rápido. Tenía miedo de que a German la levantarán los gemidos.
-Siii!, dale! hazme acabar Eze, Aaaaaah
Sentí como ella comenzaba a temblar y a relajar el cuerpo.
Lo había logrado, la había hecho acabar. En ese preciso momento, me invadió esa misma sensación a mí
- Quiero acabar
- Aguanta lindo, que me la quiero tragar toda Saqué mi pija de su cola, y ella se agachó para chupármela. Me la chupaba tan bien que mi cuerpo ya no daba más. Empecé a temblar y sentí como un chorro de leche salía de mi poronga y se metía en su boquita. Me la mostró y se la tragó. - Estaba muy rica, tienes un poco más? Y me pajeó hasta la última gota. Me sentía cansado, eran ya las 2 y media de la mañana, había estado en un sueño de mas o menos una hora. Finalmente me dio un beso en la frente y me dijo:
- Gracias, por el momento
- Me siento raro
- Es normal, soy la mamá de tu mejor amigo.
Buenas noches - Buenas noches
Y cada uno se fue a su respectiva habitación a dormir.
Al día siguiente ninguno dijo una palabra y me fui con German al colegio, sabiendo que lo que había pasado aquellas noche podía repetirse mas adelante