martes, 12 de julio de 2011

Papito y Yo

Esto que voy a relatar ocurrió en febrero de este año y recién hoy me animo a contarlo, ya que no he tenido la posibilidad de comentarlo con nadie, ya que se trata de un hecho muy íntimo.
Mi padre se dedica al comercio y mi madre es jefa de enfermeras de una importante clínica de esta provincia en donde vivimos.
Mi madre, por su profesión, cada semana cambia de turno a veces entra por la madrugada, otras en la tarde y obviamente también hace turno de noche, hasta las 6 de la mañana.
En todo ese ajetreo, yo atiendo a mi padre en las ausencias en que mi madre trabaja, así que cuando salgo de trabajar al mediodía preparo el almuerzo, luego limpio la casa, despierto a papá cuando duerme la siesta y le doy mates antes de que se vaya a trabajar por la tarde.
Lo que voy a relatar ocurrió durante el mes de febrero en que durante el turno nocturno de mamá me iba a dormir a la cama de papá por las noches para ver juntos la tele, y despertarlo por la mañana y atenderlo con el desayuno para que luego me lleve a mi trabajo y él se vaya al suyo.
Era un día viernes y yo había ido a bailar con unas amigas a un boliche y me había encontrado con un chico con el cual habíamos tenido una relación tiempo atrás, y si bien habíamos terminado siempre que nos veíamos terminábamos o haciendo el amor o franeleando y atracando a fondo, no recuerdo por que causa esa noche no tuvimos sexo , así que me acompañó hasta casa y estuvimos un rato en el pasillo manoseándonos pero sin poder hacer nada, nos despedimos y entré a casa y me fui a mi cuarto, me desvestí y aprovechando que mi madre estaba de turno, estaba papá con mi hermano que se encontraba de vacaciones durmiendo, entré a higienizarme al baño y me dirigí a mi cuarto, como estaban durmiendo junté la puerta y desnuda como había salido del baño, comencé a masturbarme de la calentura que me había dejado mi “amigovio”, en lo mejor que estaba abierta de piernas tocándome y lista para acabar, abrí los ojos y lo ví a papá parado en la puerta de mi cuarto, se dio vuelta y se fue, que vergüenza, me sentí tan mal que se me fue toda la calentura que tenía, pensaba como hacía al otro día para mirar a papá.

Al día siguiente me levanté papá se había ido al negocio, mi hermano estaba durmiendo y mamá trabajando, así que decidí vestirme y me fui hasta el centro, no dudé y me fui hasta el negocio de papá, llegué, entré saludé a los chicos/as que trabajan con él y me dirigí a su oficina, entré le dí un beso, me ofreció un café y nos pusimos a charlar mientras fumábamos un cigarrillo, cuando pude lo encaré y le dije: pá quiero pedirte perdón por lo de anoche me siento tan avergonzada por lo que pasó, pero me tranquilizó, hija no te hagas problemas, es natural en todas las chicas de tu edad, hacé de cuenta que no pasó nada, porque al final yo no he visto nada me dijo.
Me quedé más tranquila, pero de todas maneras sentía vergüenza, pero como todo continuaba normal en casa, no le di mucha importancia, pero de todas maneras siempre me daba vueltas en la cabeza lo de esa noche.
Pasaron los días, mi hermano se fue a estudiar, mamá comenzó a trabajar de noche y fue precisamente una noche de tantas en que había dormido con papá, en la mañana del día siguiente y aprovechando que era sábado y no trabajaba, me levanté para ir a higienizarme y cuando terminé de hacer pis me fui al bidet para lavarme noté que los vellos de mi vagina estaban todos pegoteados, como si hubiera tenido una sesión de sexo, me llamó la atención, pero no le dí mucha importancia.
El resto del día continuó normal como siempre, compartimos el almuerzo los tres, mis padres se fueron a dormir la siesta y yo me puse lavar ropa, y a limpiar la casa, porque soy una obsesiva con la limpieza, por la tardecita mamá se preparó para irse a trabajar, y yo, cuando ella está de turno por las noches no salgo con mis amigas para atender a papá.
Así fue que luego de cenar y de lavar todas las cosas me di una ducha y me fui a acostar con papá y como es mi costumbre siempre de bombacha y corpiño.
Después de mirar hasta tarde la TV me di vuelta para el otro lado y me quedé dormida, no se que hora era pero de pronto entre sueños comencé a sentir que me acariciaban las piernas, los pechos y me tocaban la vagina, por supuesto al día siguiente cuando me levanté para ir al baño nuevamente noté lo mismo, todos mis vellos pegoteados al igual que mi bombacha, eso comenzó a llamarme la atención, ya que por ese entonces yo no tenía ninguna relación con ningún chico con el cual pudiera haber soñado, o haber tenido un encuentro sexual para estar en esas condiciones.
Lo único que se me ocurrió pensar era en mi padre, pero como jamás, y esto lo puedo jurar, nunca había tenido ningún tipo de insinuación ni mucho menos tocarme aunque fuera disimuladamente, por mucho que descartara, todas las sospechas recaían sobre él.
Para mi mal, mamá ese día cumplía su turno de noche, así que tuve que esperar 15 días para tratar de dilucidar mis sospechas.
A todo esto con la sola idea de que fuera papá el que me tocara por las noches en que dormíamos juntos, lejos de producirme rechazo me iba excitando noche a noche en mi cama sola.

Con el transcurrir de los días todo se me hacía más confuso, ya que papá no daba ni señales de que fuera él el causante de lo sucedido.
A todo esto yo conversando con una amiga, por supuesto no le comenté absolutamente nada, le pregunté que podía tomar para que no me diera sueño, ya que quería ver una peli, a lo que me recomendó tomar un café bien cargado con una aspirina, que eso me quitaría el sueño y me despabilaría. Por fin llegó el día en que mamá tenía el turno de noche, como siempre preparé la cena, lavé las cosas y me fui a su cama, él estaba durmiendo, miré un rato la tele y luego la apagué y me di vuelta para el otro lado, esperé durante un largo rato, pero no pasaba absolutamente nada, luego de estar despierta durante mucho tiempo y pensando, sentí que me rozaban mi pierna, y como estaba pensando en otra cosa, di un sobresalto, lo que hizo que todo siguiera en absoluta calma, me tranquilicé y esperé impacientemente, hasta que comencé a sentir nuevamente el roce en mi pierna, me quedé quieta simulando estar dormida, y comencé a sentir la palma de su mano en mis piernas, que subían y bajaban, suavemente me desprendió el corpiño, se acomodó bien entre mis nalgas y comenzó a rozarme con su miembro y a acariciarme los pezones hasta ponerlos duros, luego fue bajando sus manos por mi cola a la que acariciaba con mucho entusiasmo, hasta que en un momento comenzó a abrir mis piernas y me corrió suavemente la bombacha a un costado e inmediatamente sentí algo caliente en mi vagina, no dudé en saber que había apoyado la punta de su pija entre mis labios, juntó mis piernas y comenzó a realizar el movimiento de simular penetrarme sin hacerlo, hasta que en un momento empezó a jadear, aceleró sus movimientos y comenzó a eyacular, con su mano, supongo, limpió mis piernas y mi vagina, abrochó mi corpiño y se dio vuelta para su lado.
Esperó un buen rato, se levantó al baño y supongo que se lavó y se acostó nuevamente.
Ahora sí tenía la certeza de que era él, ya no había dudas, para colmo el café no me dejaba dormirme y me sentía pegajosa pero no quería levantarme a higienizarme.
No se a que hora me dormí, pero al otro día mientras me higienizaba me di una tremenda masturbada mientras fantaseaba y pensaba en lo que había vivido la noche anterior.
Estuve durante todo el día pensando en lo sucedido, y él no daba señales de nada, por el contrario todo normal.
Durante la siesta mis padres se fueron a dormir un rato, así que me quedé ordenando y limpiando toda la casa, luego que ellos se levantaron les preparé unos mates, mamá se bañó y se fue y quedamos solos con papá, más tarde preparé la cena y luego nos fuimos a dormir, yo me quedé viendo la tele como hasta las tres de la madrugada y él dormía, y yo también me di vuelta y me acomodé para dormir.
Al cabo de un rato, sentí de nuevo sus manos sobre mi, me tocaba las piernas ya me corría la bombacha hacia un costado y metía sus dedos en mi concha y pasaba la yema de sus dedos en mi clítoris, luego abrió mis piernas y ponía su pija caliente y dura entre mis piernas y simulaba una penetración y acababa entre mis piernas, asi se fueron sucediendo cada vez más frecuentes estos “encuentros ”, pero a mi ya no me resultaban lindos esos momentos porque yo cada vez me quedaba más caliente y él no hacía nada para quitarme la calentura.
Así que una siesta en que mamá estaba de turno, él se acostó como siempre, pero a la tarde no trabajaba, así que decidí hacer algo, me fui a duchar, me envolví en el toallón y y me fui derecho a su cama, me lo quité me acomodé a su lado y lo abracé, levanté la parte de arriba de su pijama y comencé a tocar su pecho y a jugar con sus vellos, mientras besaba su espalda, de a poco fui bajando la mano y comencé a rozar su pijama, hasta que toqué con el borde de mis dedos la punta de su pija que ya estaba dura, de a poquito bajé mi mano y comencé a acariciársela, cuando ví que él no hacía nada, metí mi mano dentro de su pijama y comencé a tocar su pija, con toda mi mano se la aferré y comencé a moverla, ya tenía la punta toda mojada, lo fui dando vuelta de a poco hasta ponerlo de costado, de frente a mí, quedamos cara a cara, y le dije, no pensás decirme nada, vas a gozar vos sólo? yo también tengo ganas de hacerlo con vos, me agarró la cara con sus manos y me dio un beso en la boca, comenzó a jugar con su lengua y ya nos entregamos mutuamente, le saqué la poca ropa que tenía y se montó encima mío, me besó toda, la boca, me chupó las tetas, me las mordió muy suavemente, me pasaba la lengua por el cuello y fue bajando hasta el ombligo, luego besó mis piernas y de a poco se acomodó entre ellas y me dio una tremenda chupada de concha que me hizo acabar como nunca lo había hecho, le tuve que apartar la cabeza de entre mis piernas porque me había dejado con una sensibilidad terrible, luego de dejarme que me relajara, se montó encima mío y comenzó a hacerme el amor, me abrió bien las piernas y comenzó a entrar y a salir tan suave que no se la cantidad de orgasmos que me dio, hasta que me hizo sentar encima de su pija y así cabalgándolo me hizo acabar de una manera que terminé mojando todas las sábanas.
Y así comenzó esta historia entre nosotros, que día a día se va acrecentando, ya no sólo lo hacemos en casa cuando mamá está de turno, sino que a veces nos las ingeniamos para irnos a pasar toda la tarde a un motel, o me voy al negocio cuando está por cerrar y hacemos el amor desnudos los dos encima de su escritorio.
Me ha convertido en su amante, y me ha hecho a su manera, yo que siempre he sido contraria a depilarme toda, hasta en eso me ha hecho cambiar de parecer y hoy gozo más que nunca cuando me practica sexo oral en toda mi conchita depilada, hasta filma cuando hacemos el amor y me saca fotos desnuda o teniendo sexo con él, la verdad es el amante perfecto
Nunca pensé que todo acabaría de esta manera, en que yo, la nena de papá, me convertiría en su amante, ya llevamos cerca de cinco meses y por suerte nuestra relación es cada vez más fuerte y más intensa.
Espero que este relato que es real, les haya gustado.
gracias Patri