miércoles, 16 de septiembre de 2009

Mirar es mas r...

Estaba con una flaca regresando en el taxi a eso de las 2 am y sentados en la parte de atrás, de repente las cosas se pusieron calientes, por detrás de su apretada falda metí mi mano pasando por su hermoso trasero hasta su vagina y pude ver lo húmeda que estaba, debo reconocerlo, cuando están pilas mis dedos son mágicos, uno, dos y luego hasta tres dedos entraron en esa conchita que aún no había explorado del todo y tras varios gemidos ahogados y sacadas y metidas de dedos, la flaca se corrió de tal forma que mojo toda mi mano. Ahora me toca a mí -me dijo- y bajo su cabeza hasta mi bragueta, acarició mi pinga por afuera del pantalón, la saco y empezó a mamarla. Para disimular la cosa puse mi maletín entre su cabeza y los asientos de adelante – pensando que podía evitarle el roche que la vieran en plena faena- y en eso extasiado a punto de eyacular, me di cuenta que el taxista – una persona de +/- 60 años estaba chequeando por el retrovisor de lo mas bacán. Me entro el morbo y como la flaca estaba entusiasmada haciendo su “travesura”, sin que se de cuenta aparte el maletín poco a poco para que el taxista gozara mejor con la mamada en vivo. Con una mirada cómplice me dio las gracias y dejo de estirar el cuello y bajo un poco la velocidad – mejor porque capaz ni la contaba. Bueno el caso fue que saber que era visto, admirado y envidiado me dio una fuerza que aguante más de lo normal, y parece que la flaca estaba empecinada a sacarme la leche como sea. Ya llegando al orgasmo, ella no aguanto y empezó hacerlo sin descaro de arriba hacia abajo con lengua y mano y…y me viene en su boca completito, me chupo todita la leche, y si bien no era una experta en mamadas, ese día hizo méritos conmigo. La deje en su casa, le dije al taxista que me llevara a la mía. Lo curioso de de la noche fue que el taxista no me cobró Khaos