lunes, 9 de noviembre de 2009

Estudiantes

Esta historia me sucedió hace más o menos unos 6 meses. Vivo en un apartamento con dos amigos y una amiga. Los cuatro éramos estudiantes universitarios. Yo estudiaba Ingenieria Civil, mis dos compañeros Derecho e Ingenieria Ambiental respectivamente. Claudia, nuestra compañera de apartamento, estudiaba Psicología. Estudiábamos en distintas universidades y pasábamos muy poco tiempo juntos.
Una noche, me encontraba estudiando para un parcial que tenía al día siguiente. Había entrado en mi cuarto, prendí el reproductor de CD y me recosté en la cama con el libro de Cálculo. Llevaba más de dos horas estudiando y eran más de las 9:30 P.M. cuando tomé un descanso para ir a comer algo. Al pasar por el cuarto de Claudia, escuché voces que conversaban, voces de mujer. No le presté atención, me dirijí a la cocina, comí algo y me volví al cuarto.

Me sorprendió bastante no volver a escuchar ninguna voz. No había visto salir a nadie del apartamento. Pensé que podía estar en el baño. Verifiqué que la puerta del baño estaba abierta y la luz apagada. Pegué la oreja a la puerta esperando oír algo. Alcancé a escuchar un leve gemido procedente del cuarto de Claudia. Me excité de sólo pensar qué podría estar haciendo y se me puso tiesa la polla. La toqué por encima del jean (tal y como estoy haciendo ahora al recordar). Llevado por la curiosidad, abrí sigilosamente la puerta.
Claudia estaba de espaldas, mostrándole su culito a su amiga mientras ella le introducia los dedos por la vagina y la lengua por el ano. Tanto Claudia como su amiga estaban muy bien, tenían unos senos bien redonditos y un trasero inigualable. Seguí mirando durante unos minutos hasta que tuvieron un orgasmo y la amiga de Claudia (más tarde me vine a enterar que se llamaba Andrea) le dijo que tenía que irse.
Fuí a mi cuarto para tratar de retomar el estudio, pero me era imposible concentrarme. Cinco minutos después escuché la puerta del apartamento cerrarse y Claudia ir al baño. La ducha se abrió y yo sentía que la polla me iba a estallar. Esperé a que Claudia desocupara el baño para entrar y pajearme. Cuando sentí que el agua no caía más, me dirijí a la puerta y, calculando un minuto, la abrí y salí al hall. Claudia llevaba la toalla atada al rededor de su bien formado cuerpo. Se sorprendío al verme.

- ¿Tu estabas aquí? -me preguntó. - Estaba estudiando. Tengo parcial mañana -le respondí. - ¿Desde qué hora estás aquí? -me preguntó, como si temiera algo. - Bueno, mira..., yo ví lo que hacías con tu amiga, pero fresca, yo no le voy a decir a nadie..., no te preocupes -le dije.
Ella se calmó un poco. Notó que mi pene estaba erecto y que tenía urgencia de ir al baño. Me agradeció que no dijera nada pues si sus padres se enteraban la harían volver a la ciudad de donde ella era. Yo le reiteré que no diría nada y que no se precupara. Ella entró a su cuarto y yo al baño. Entré y pasé el seguro. El baño olía todo a su perfume, eso me excitó más. Me masturbé fantaseando que ella era quien masajeaba mi pene, y que se lo introducía todo en su culito.
Pasaron algunas semanas sin que se dijera nada del tema. Yo había olvidado casi por completo el asunto. Una noche, en el apartamento, estaba yo solo. Mis compañeros y Claudia habían salido a rumbiar. Me estaba poniendo cómodo cuando timbró la puerta. Me pregunté quién podía ser a esa hora pues eran más de las 9. Abrí la puerta y allí estaba Andrea. Me sorprendió bastante verla a esa hora.
- Hola, ¿está Claudia?-me preguntó. - No, salió. Lo más probable es que se demore. - Bueno, si puedo esperarla..., quedamos en que yo viniera aquí a las nueve y media para estudiar un rato. - OK.
Empezamos a charlar y, al cabo de una media hora, salió el tema del sexo. Creo que fue mi impresión pero ella trataba de insinuarme que era virgen y que deseaba iniciarse. Me preguntó si yo había tenido alguna experiencia sexual anteriormente. En son de burla le dije "¿solo o con compañia?". Reímos un rato hasta que, sorpresivamente, mi pene se levantó y ella estiró su mano y me lo masajeó por encima del jean.
- ¿Te molesta? -me dijo. - No, para nada.
Sacó mi pene del jean, se arrodilló y empezó a mamármelo. Primero jugaba con mi glande y, de pronto, se la metió de tajo, toda. Es la mejor sensación que yo haya experimentado jamás y Andrea era una profesional en eso. Cuando ya iba a eyacular, dejó de mamar y, con la mano, me hizo la paja más deliciosa que haya podido recibir.
En ese momento me preguntaba si Claudia no le había contado que yo las había visto hacía algunas semanas y estaba tratando, por el mejor de los métodos, de que no dijera nada. Cuando las primeras gotas de semen salían, introdujo mi polla en su boca y me vine en ella.
Se levantó y se fue quitando su blusa, luego la camiseta para, por último, dejar al descubierto sus hermosos y redonditos senos sostenidos solamente por el brasier. Se despojó de sus jeans y, quedando en paños menores, estaba a toda mi disposición. Le acerqué mis manos a sus caderas y la atraje hacia mí. Para ese momento mi polla estaba recuperando su tamaño, estaba caliente.

Su vientre quedó a la altura de mi cara y la besé, al comienzo algo lento, pero luego locamente. Ella emitió un pequeño gemido. Lentamente, me fue quitando la camisa mientras yo me deshacía de los pantalones. Terminé de desnudarla con la boca, completamente desnuda, y se veía más hermosa que con ropa. Noté que tenía su coño depilado, y me excitó ver sus labios vaginales mojaditos. Le dije que se sentara. Se recostó en el sofá y, lentamente, le introduje primero dos dedos y luego la lengua. Jugaba con su clítoris y cada segundo lanzaba unos excitantes gemidos. Llegó a su primer orgasmo.
Justo cuando Andrea llegaba a su primer orgasmo de la noche (esa noche tuvimos como cinco), Claudia entró al apartamento. No nos fijamos en ella hasta que se acercó silenciosamente al equipo y cambió la música. Yo me sobresalté al ver a Claudia.
- Qué divertido,¿ no? ¿Me invitan a participar? -dijo Claudia con tono de burla.

Andrea se paró y le dio un beso a Claudia en la boca, lo cual me excitó tremendamente. Mientras Claudia se desnudaba, Andrea le masajeaba el coño. Se acercó a mí y me acarició el pene. Andrea me dijo que quería que penetrara a Claudia mientras Claudia se lo mamaba a ella. Andrea se acostó en el piso y Claudia acercó su cara al coño de Andrea, mientras yo la penetraba por la vulva y le introducía un dedo por el ano. Andrea emitió un grito fuerte, lo que me sobresaltó, y le dije que debíamos producir el mínimo de ruidos o los vecinos sospecharían.
Yo me movía primero despacio y después rápido. De pronto, paré y busqué con mis manos los senos de Claudia. Jugeteé un rato con sus pezones. Andrea llegó al orgasmo y se separó de Claudia. Se acercó a mi y me dijo que penetrara a Claudia por el ano, que a ella le gustaba. Saqué mi pene de su vulva y, con los dedos, fui separando sus nalgas y, lentamente, le metí la punta del pene. Ella empezó a gritar y Andrea rapidamente le tapó la boca.
Viendo que Claudia tenía la boca tapada y que difícilmente podía gritar, le introduje mi pene de una. Unas lágrimas le rodaron por las mejillas. Eso me excitó soberanamente. Cuando Claudia llegó al orgasmo, se levantó y me dijo que quería mamármelo. Me senté en el piso y ella se echó enfrente mío y, de tajo, se lo metió en la boca. Yo sentía que me venía y, como si Claudia lo supiese sin yo decírselo, se paraba y, con la mano, presionaba debajo del glande. Mientras, Andrea se sentó encima de Claudia y se masturbó en frente mío.


Tras unos diez minutos en eso, le dije que quería hacerme una cubana. Me miró algo sorprendida y me dijo "Vamos, nene, estoy toda a tu disposición". Se echó en el piso, tomé sus senos y metí mi pene entre ellos. Andrea llegó a otro orgasmo, se acercó a Claudia y, sin decirle nada, le puso su coño en la boca. Claudia mamaba el coñito de Andrea y, con la otra mano, se masturbaba. Llegamos los tres al tiempo al más delicioso orgasmo que hallamos podido tener. Yo me corrí en los pechos de Claudia y Andrea lamió mi semen con morbo de los pechos de Claudia.
Finalizamos más o menos como a la una de la madrugada y mis compañeros no habían llegado todavía. Al final, Andrea se quedó a dormir en el cuarto de Claudia (no sé si harían algo) y yo me fuí a dormir. De vez en cuando nos reunimos para hablar sin tema fijo, y de aquella noche no hablamos nunca.

Vacaciones

Esta historia me sucedió este verano, y se convirtieron en las vacaciones más excitantes de mi vida. Yo los tres últimos años voy con mis amigos a un sitio de la costa, donde un amigo mío cuenta con un apartamento. En esa misma localidad mi primo y su mujer tienen un chalet. La mujer de mi primo, Lupe, pasa allí casi los dos meses de verano, mientras mi primo apenas va veinte días, ya que trabaja.
Lupe era una mujer espectacular a pesar de tener ya dos hijos, pero apenas cuenta con 27 años. Tiene unos pechos de la talla cien. Yo ya lo sabía, porque en agosto, algún día que van al pueblo, yo aprovecho cualquier oportunidad para robarla la ropa interior y masturbarme con ella. Esa practica la tengo ya desde hace muchos años.
Volviendo a la historia, este verano, yo me encontraba con mis amigos por el rastro que ponen los miércoles en la ciudad. Allí de repente me vino un niño pequeño agarrando de las piernas y cuando me gire era su hijo. Entonces apareció ella con su otra niña. Así empezamos a hablar que como me iban las vacaciones y todo eso. Ella me invitó a comer a su casa, y así iba a la playa privada que tenían la urbanización de 15 apartamentos donde vivían. Me dijo que allí hay unas extranjeras en tetas impresionantes.
Así que despidiéndome de mis amigos nos fuimos los dos niños, ella y yo. Pasamos desde las doce que llegamos hasta las tres en la playa, y efectivamente había un grupo de alemanas en top-less que eran impresionantes. A las tres fuimos a comer:
- Voy a mirar haber si hay algún bañador de Basilio para que te pongas, porque sino me llenas todo de agua y tierra, además así se te seca para la tarde. Mientras vete poniendo la mesa

- Vale
A los cinco minutos:
- Ven a mi habitación. No he encontrado bañadores pero hay algún calzoncillo así que ponte el que quieras
Entonces ella se quito la parte de arriba del bikini y estuvo andando por la habitación en busca de una camiseta. Yo al llevar bañador no podía disimular mi bulto. Ella se percato y siguió con lo suyo hasta que se puso la camiseta. Ella me dejo y yo me metí al baño que hay dentro de la habitación y empecé a masturbarme como un loco. Yo notaba como si ella me estuviese espiando pero cuando termine y salí, ya con el calzón puesto, solo pude oírla alejándose por el pasillo.
La comida transcurrió normal, con los dos niños jugando. Después ella les acostó y me dijo que me sirviera un pacharán y a ella también. Ella llegó y empezamos a hablar de cosas triviales, hasta que me preguntó:
- ¿Qué tal de chicas estas vacaciones?
- Bueno lo justo, pero poca cosa
- Así que no has llegado a mayores
- Pues a mayores, lo que se dice mayores, no
- Tranquilo, todavía te quedan cuatro días, y quien sabe lo que puede pasar. Cuando menos te lo esperas, zas. Bueno, vamos a la playa, ahora no hay casi nadie y esta muy tranquilita.
Fuimos a su habitación, ella nada más llegar se quito la camiseta, tenía los pechos todavía sin cubrir, y abajo ya no llevaba el bikini, sino que llevaba una braguita. Me dijo que me diera prisa, pero yo estaba paralizado. Ella se quitó la braguita, quedándose completamente desnuda. Mi bulto no se podía disimular en los boxer. Empezó a ponerse la parte de arriba, y me pidió que se lo atará por la parte de atrás. Yo lo hice gustosamente. Pero después ella se giro y me dijo:
- Pero todavía así, anda toma el bañador y póntelo, que luego se despiertan los niños.
Me lo trajo y al ver mi bulto ella me apretó el bañador contra mis partes.
- Por lo que veo te has excitado conmigo
- Bueno, yo
- No pasa nada es normal, sé que todavía tengo un buen polvo
- Bueno, es que
- Si, que no has podido evitarlo. Como esta mañana ¿no?
- Cuando
- ¿Cómo que cuando? Cuando has ido a masturbarte al baño, que te he visto
- Bueno, yo
- Si no pasa nada. Venga te lo voy a poner yo
Ella todavía no se había puesto la parte de abajo del biquini y poniéndose de rodillas me bajo el calzón y dijo:
- Pues si que te he puesto cachondo

Al tiempo me dio un beso en la punta del capullo. Se puso en pie y se dirigía hasta la cama. Yo no pude evitarlo y la agarré por detrás y la empecé a tocar la concha, que por cierto tenía húmeda. Primero empecé con un dedo, muy despacio, luego con dos, pero ella quería más y terminé metiendo cuatro. Ella disfrutaba mucho y yo estaba cumpliendo una de mis fantasías eróticas. Ella alcanzó el orgasmo. Pero se levantó y se dirigía hacia la puerta, yo la dije que no se podía ir, que ahora no. Pero ella solo puso el pestillo de la puerta. Vino muy rápido y se tuvo en la cama:
- Ven que vas a saber lo que es una buena cubana.
Yo me puse encima de ella de manera que me apretó mi polla entre sus dos enormes tetas. Nunca antes me habían hecho una cubana. Era algo fantástico que me hizo correr muy pronto, me corrí sobre su cara y sus tetas, ella lamía lo que había caído cerca de su boca y luego lamió lo que quedo en mi pene. Y siguió lamiéndomelo, metiéndosela hasta que sus labios chocaban contra mis testículos. Se notaba su habilidad succionadora. Después de hacerme llegar al orgasmo me corrí dentro de su boca hasta que la dejé casi ahogándose y se la salía por los labios, pero después de tragárselo también se lamía los labios.
- Ahora te toca a ti comérmelo todo
Tumbándose en la cama me dejo toda su almeja abierta para que yo lo hiciera con la boca. Así fue, yo empecé a lamérselo suavemente, y también lamía sus alrededores depilados. Después de un rato empecé a introducir un dedo por su culo, ella de placer me agarro por la cabeza y me la apretó más contra su húmedo coño. No tardo en alcanzar el orgasmo mientras me tiraba aun más fuerte del pelo. Me dijo que la follará, que no podíamos descansar ya que los niños no tardarían en despertarse. Así fue, empecé a introducir mi verga por su muy lubricada almeja, empezamos despacio, pero en seguida ella aceleró los movimientos. Era un desgaste inmenso, al igual que era un placer infinito. Lo hicimos durante un buen rato. Después llegaba la despedida:
- Ha sido algo increíble, he soñado muchas veces con esto
- Bueno, yo no lo esperaba, pero al verte empalmado y ver como te masturbabas en el baño, no te podía dejar marchar así.
- Muchas gracias, pero espero que no hagas esto muy a menudo, porque si no Luís no puede entrar por las puertas.
- De los siete años de casados solo lo he hecho un par de veces, de forma casual, pero lo de hoy ha sido fantástico. Pásate esta noche a eso de las doce haber si ya has recuperado fuerzas. Haré una cena especial.

Esa noche me pase por su casa sobre las doce y ella me abrió vestida solo con un tanga y un beso en la boca. Pasamos a su habitación, la mesa estaba llega de marisco. Me dijo que para cenar había que desnudarse. Yo enseguida me quede completamente desnudo. Me dijo que la cena la tenia congelada para cuando viniera su marido pero que este era un mejor momento. Empezamos a comer unas nécoras y unas cigalas. Cuando llegamos a los langostinos ella se puso uno sobre sus labios vaginales, yo fui a comerlo y empecé también a comerla toda su concha. Me paro, me hizo poner en pie y después de echarme mayonesa por toda la polla comenzó a chuuparmela y a lamerla cuando iba a correrme me puso en dirección a su plato de langostinos y me corrí sobre sus langostinos. A continuación se echó mayonesa por todas sus tetas para que yo las chupara, a la vez la iba masturbado con dos dedos, una vez limpiada toda la mayonesa de sus pechos baje la cabeza para terminar el trabajo anterior hasta que ella alcanzo un sabroso orgasmo. Después me dijo que continuáramos cenando porque quería saborear todavía los langostinos. Ella comió sus langostinos impregnados por mi semen.
Después de la cena decidimos hacerlo en el agua del mar. Completamente desnudos salimos de casa y nos zambullimos en el agua. Yo nunca lo había hecho bajo el agua. Nos cubría por los pechos, y los de ella flotaban como dos boyas. Nos fundimos en un gran beso y nos sumergimos debajo del agua. Después de salir otra vez ella se volvió a sumergir para chupar mi verga debajo de agua pero enseguida tuvo que subir de nuevo. Agarrándola por las piernas la levante y me las puso por la espalda enrolladas mientras yo empece a penetrarla. Estuvimos haciéndolo mucho tiempo. El esfuerzo que yo realizaba era menor y la sensación era maravillosa. Cuando yo me corrí dijo que lo mejor era volver a casa porque podían vernos algún vecino.
En casa nos duchamos juntos fundidos en besos y mordisqueando sus enormes pezones. En la cama seguimos con los besos y las caricias. Empecé a rozar con mi mano por su culo y ella dio un leve gemido que me incito a seguir acariciando esa zona, así que introduje un dedo por su culo, cuando iba a introducir el segundo ella me quito la mano y me empezó a lamer los dedos para que estuviesen más lubricados. Así que introduje los dos dedos humedecidos.

- Dame por detrás ya, que no aguanto más
No tarde ni un segundo el sacar los dedos y ella me empezó a lamer todo mi miembro y a escupirle para ponerse luego a 4 patas. Yo introduje mi polla y ella dio un grito de dolor pero a medida que yo aceleraba los movimientos ella cambio esos gritos de dolor por gritos de placer. A los cinco minutos yo descargue dentro de su culo. Después nos fundimos en un beso y me fui a duchar. Cuando regrese ella ya se había dormido. Yo también caí rendido a los cinco minutos. Nunca en un solo día había hecho tantas veces el amor, porque lo que hicimos es el amor
Hoy todavía nos solemos ver una o dos veces por semana en su casa, y lo convertimos en unos polvos fantásticos, siempre estamos innovando lugares, posturas y situaciones y resultan unos polvos inolvidables. Yo me encuentro loco porque lleguen esos días, estoy muy enamorado pero no se si es de ella o de los polvos que echamos. No se lo que durara esto, pero mientras ambos disfrutamos como locos.