Estaba yo cursando el segundo año de secundaria y tenía 14 años cuando tuve mi primer experiencia sexual. Ese día, en el colegio, nos habían castigado a mí y a una amiga llamada Pamela. Nos pusimos de acuerdo y en lugar de ir a la dirección indicada fuimos a escondernos a la biblioteca del colegio, que en ese tiempo estaba en remodelación y por lo tanto cerrada a los estudiantes. Pamela y yo estuvimos una media hora platicando sobre lo que nos iban a hacer cuando se dieran cuenta de lo que habíamos hecho.Como la biblioteca es de dos pisos, Pamela quiso subir al segundo, pero un escalón estaba flojo y cuando ella pisó se quebró por completo, cayendo ella por todos los escalones.
Yo, temeroso de que se hubiera fracturado algo, me acerqué a auxiliarla. En la caída la falda del colegio se había desgarrado, quedando ella en mallas, que eran muy comunes en las chicas, sobre todo en las mayores. Yo, sin darle importancia a su vestimenta, me acerqué y me arrodillé ante ella; puse su cabeza en mi rodilla y le empecé a hablar, sin obtener respuesta. La levanté y la acosté sobre una mesa para que descansara. Pasaron quince minutos después del accidente hasta que empezó a reaccionar.Cuando se puso de pie, fue cuando pude ver su escultural cuerpo con mayor precisión. Ella siempre fue muy linda y simpática conmigo, pero francamente nunca me había dado cuenta de esas tetitas que en realidad parecían melones, de ese culito tan amplio que haría feliz a cualquiera y que a pesar de sus 14 años ya estaba demasiado desarrollado. Cuando se acercó hacia mí, me dio un beso en la mejilla y me dijo que estaba muy agradecida por haberla socorrido en ese momento. Le dije que no importaba y que mejor pensara en la manera de salir de ese problema. Ella me dijo que no me preocupara y se sentó a junto a mí tomando mi mano, lo que me desconcertó un poco.Seguimos charlando hasta el punto en que, no sé cómo, hablamos de sexo. Ella me preguntaba si yo había tenido algún acercamiento sexual, a lo que dije que no, y a la vez le pregunté lo mismo. Ella se quedó seria mirando hacia el techo; yo le repetí la pregunta, pero esta vez ella se acercó susurrando a mi oído que no, pero que le gustaría empezar cuanto antes. Este comentario fue la gota que derramó el vaso. Mi polla llegó al punto más alto, tanto que creí que iba a reventar mi pantalón. Ella se paró y, dando unos pasos adelante, dio media vuelta y se tomó la cintura. Empezó a contonearse y a bailar sensualmente. Yo ya estaba a reventar y eso que faltaba lo mejor. Ella empezó a quitarse la blusa, quedando sólo con un top y las mallas. Yo ya no podía más por lo que, de un jalón, me arranqué la camisa y el cinturón.
Pamela se acercó a mí dándome un beso francés que desencadenó todo. Yo, de un tirón, le quité el top y le bajé las mallas sin cuidado por la calentura, quedando ella en brassier y con unas braguitas que realmente fascinaban.Yo, para ese entonces, estaba casi totamente desnudo. Le empecé a acariciar sus tetas hasta que, sin querer, le reventé el cierre. Sus tetas cayeron como dos gotas de agua en mis manos; era imposible no tocar esas preciosidades. Bajé poco a poco hasta llegar a su coñito, que para ese momento ya estaba húmedo. Me pidió que lo besara con las bragas puestas pero yo no esperé más y se las arranqué con una fuerza descomunal. Empecé a besarle su conchita y a meterle la lengua y a sentir sus líquidos. En ese momento nos tiramos al suelo e hicimos un 69 excepcional. Yo, al igual que ella, era inexperto y no aguanté correrme en su boca. Yo pensé que eso le daría asco, pero cual fue mi sorpresa cuando empezó a tomar toda mi leche y mamarme con más fuerza. Ella también se corrió en mi cara y también empecé a tomarme todos sus líquidos.Un rato después, se sentó y abrió las piernas diciéndome que la follara, que no podía esperar más. En ese momento reaccioné un poco y le pregunté si estaba segura, porque iba a perder la virginidad.
Ella dijo que eso era lo mejor que le podía ocurrir: "A poco no te gustaría ser el primero en mi vida". Eso me calentó con más ganas y me abalancé sobre ella con más fuerza de lo normal. Sin esperar, le metí mi polla tanto como pude. Ella soltó un grito ensordecedor de placer que hacía que me calentara más, y poco antes de correrme me salí, corriéndome en sus tetas y su cara.Yo la seguía besando. Cuando pasó un tiempo mi polla, que se había vuelto fláccida, volvió a la normalidad, y volvimos a lo anterior. Esta vez fue todavía más placentero pues ella seguía contoneándose y gimiendo con tal fuerza que retumbaba en las paredes del edificio. Esta vez no aguanté y me corrí dentro. Ella se asustó un poco pero ganó lo caliente del momento, lo olvidó y seguimos ahí, pegados unos 15 minutos. Inventábamos posiciones y eso nos tenía más entretenidos. Cuando mi polla empezó a bajar de tamaño, la saqué y me puse a descansar en el piso; así estuve como unos 5 minutos cuando ella se paró, empezó a bailar y luego se dejó caer en el suelo. Pero esta vez en lugar de abrir las piernas, se empinó y me dijo: "mira mi culito, ¿a poco no te gustaría picarlo unas cuantas veces?". Ese comentario reanimó mi polla y en menos de 5 segundos ya estaba otra vez parada. Nunca en mi vida había sentido algo parecido. Como dije, yo era inexperto, por lo cual le metí la polla de una vez, y ella soltó el grito más fuerte que he escuchado en mi vida. Lloró y me insultó tanto que yo creí que estaba a punto de terminar el sueño, pero en eso dijo: "no te preocupes, sólo ten cuidado la próxima vez".
Yo lo hice otra vez pero con mucho cuidado, metiéndola cada vez un poco más hasta el punto en que yo tenía todo dentro de ella. Yo creí que eso le molestaba pero ella, entre gemidos y gritos, decía: "sigue..., ahhhh si..., qué rico..., ahhhh...". Yo estaba en otro mundo. Así estuvimos nada menos que 45 minutos y realmente fueron los mejores momentos de mi vida. Cuando ya no podíamos más nos pusimos a acariciarnos, besaba sus tetas, las llenaba de leche; mientras tanto ella me mamaba y se tomaba todo lo que yo sacaba.Al final nos empezábamos a limpiar cuando ella se dio cuenta de que su ropa estaba totalmente desgarrada y que no iba a poder salir así de allí; así que pasaríamos toda la noche en aquel lugar. Yo salí, llamé a nuestras casas para decir que íbamos a quedarnos a dormir con un amigo y lo mejor es que se creyeron todo. Esa noche fue también inolvidable, pero esa es otra historia que ya les contaré.
Yo, temeroso de que se hubiera fracturado algo, me acerqué a auxiliarla. En la caída la falda del colegio se había desgarrado, quedando ella en mallas, que eran muy comunes en las chicas, sobre todo en las mayores. Yo, sin darle importancia a su vestimenta, me acerqué y me arrodillé ante ella; puse su cabeza en mi rodilla y le empecé a hablar, sin obtener respuesta. La levanté y la acosté sobre una mesa para que descansara. Pasaron quince minutos después del accidente hasta que empezó a reaccionar.Cuando se puso de pie, fue cuando pude ver su escultural cuerpo con mayor precisión. Ella siempre fue muy linda y simpática conmigo, pero francamente nunca me había dado cuenta de esas tetitas que en realidad parecían melones, de ese culito tan amplio que haría feliz a cualquiera y que a pesar de sus 14 años ya estaba demasiado desarrollado. Cuando se acercó hacia mí, me dio un beso en la mejilla y me dijo que estaba muy agradecida por haberla socorrido en ese momento. Le dije que no importaba y que mejor pensara en la manera de salir de ese problema. Ella me dijo que no me preocupara y se sentó a junto a mí tomando mi mano, lo que me desconcertó un poco.Seguimos charlando hasta el punto en que, no sé cómo, hablamos de sexo. Ella me preguntaba si yo había tenido algún acercamiento sexual, a lo que dije que no, y a la vez le pregunté lo mismo. Ella se quedó seria mirando hacia el techo; yo le repetí la pregunta, pero esta vez ella se acercó susurrando a mi oído que no, pero que le gustaría empezar cuanto antes. Este comentario fue la gota que derramó el vaso. Mi polla llegó al punto más alto, tanto que creí que iba a reventar mi pantalón. Ella se paró y, dando unos pasos adelante, dio media vuelta y se tomó la cintura. Empezó a contonearse y a bailar sensualmente. Yo ya estaba a reventar y eso que faltaba lo mejor. Ella empezó a quitarse la blusa, quedando sólo con un top y las mallas. Yo ya no podía más por lo que, de un jalón, me arranqué la camisa y el cinturón.
Pamela se acercó a mí dándome un beso francés que desencadenó todo. Yo, de un tirón, le quité el top y le bajé las mallas sin cuidado por la calentura, quedando ella en brassier y con unas braguitas que realmente fascinaban.Yo, para ese entonces, estaba casi totamente desnudo. Le empecé a acariciar sus tetas hasta que, sin querer, le reventé el cierre. Sus tetas cayeron como dos gotas de agua en mis manos; era imposible no tocar esas preciosidades. Bajé poco a poco hasta llegar a su coñito, que para ese momento ya estaba húmedo. Me pidió que lo besara con las bragas puestas pero yo no esperé más y se las arranqué con una fuerza descomunal. Empecé a besarle su conchita y a meterle la lengua y a sentir sus líquidos. En ese momento nos tiramos al suelo e hicimos un 69 excepcional. Yo, al igual que ella, era inexperto y no aguanté correrme en su boca. Yo pensé que eso le daría asco, pero cual fue mi sorpresa cuando empezó a tomar toda mi leche y mamarme con más fuerza. Ella también se corrió en mi cara y también empecé a tomarme todos sus líquidos.Un rato después, se sentó y abrió las piernas diciéndome que la follara, que no podía esperar más. En ese momento reaccioné un poco y le pregunté si estaba segura, porque iba a perder la virginidad.
Ella dijo que eso era lo mejor que le podía ocurrir: "A poco no te gustaría ser el primero en mi vida". Eso me calentó con más ganas y me abalancé sobre ella con más fuerza de lo normal. Sin esperar, le metí mi polla tanto como pude. Ella soltó un grito ensordecedor de placer que hacía que me calentara más, y poco antes de correrme me salí, corriéndome en sus tetas y su cara.Yo la seguía besando. Cuando pasó un tiempo mi polla, que se había vuelto fláccida, volvió a la normalidad, y volvimos a lo anterior. Esta vez fue todavía más placentero pues ella seguía contoneándose y gimiendo con tal fuerza que retumbaba en las paredes del edificio. Esta vez no aguanté y me corrí dentro. Ella se asustó un poco pero ganó lo caliente del momento, lo olvidó y seguimos ahí, pegados unos 15 minutos. Inventábamos posiciones y eso nos tenía más entretenidos. Cuando mi polla empezó a bajar de tamaño, la saqué y me puse a descansar en el piso; así estuve como unos 5 minutos cuando ella se paró, empezó a bailar y luego se dejó caer en el suelo. Pero esta vez en lugar de abrir las piernas, se empinó y me dijo: "mira mi culito, ¿a poco no te gustaría picarlo unas cuantas veces?". Ese comentario reanimó mi polla y en menos de 5 segundos ya estaba otra vez parada. Nunca en mi vida había sentido algo parecido. Como dije, yo era inexperto, por lo cual le metí la polla de una vez, y ella soltó el grito más fuerte que he escuchado en mi vida. Lloró y me insultó tanto que yo creí que estaba a punto de terminar el sueño, pero en eso dijo: "no te preocupes, sólo ten cuidado la próxima vez".
Yo lo hice otra vez pero con mucho cuidado, metiéndola cada vez un poco más hasta el punto en que yo tenía todo dentro de ella. Yo creí que eso le molestaba pero ella, entre gemidos y gritos, decía: "sigue..., ahhhh si..., qué rico..., ahhhh...". Yo estaba en otro mundo. Así estuvimos nada menos que 45 minutos y realmente fueron los mejores momentos de mi vida. Cuando ya no podíamos más nos pusimos a acariciarnos, besaba sus tetas, las llenaba de leche; mientras tanto ella me mamaba y se tomaba todo lo que yo sacaba.Al final nos empezábamos a limpiar cuando ella se dio cuenta de que su ropa estaba totalmente desgarrada y que no iba a poder salir así de allí; así que pasaríamos toda la noche en aquel lugar. Yo salí, llamé a nuestras casas para decir que íbamos a quedarnos a dormir con un amigo y lo mejor es que se creyeron todo. Esa noche fue también inolvidable, pero esa es otra historia que ya les contaré.
Me vuelves a besar, explorando suavemente mis labios y luego sigues la línea de mi quijada, encuentras mi oreja y me respiras tu aliento en ella, me mordisqueas el lóbulo y me cubres el cuello de besos y caricias con la lengua, me vuelves a besar. Yo callo y te dejo hacer, mi respiración empieza a cambiar y tú lo notas.Me preguntas si no tengo frío (estamos empapados de lluvia) y te digo que sí, un poco. Me preguntas por qué no me quito la blusa y te respondo que no es necesario, no es tanto. Te pregunto por qué y me dices que lo deseas. Me besas el cuello y ya no digo nada, vas bajando hasta quitarme la camiseta, que está empapada, y como no traigo sostén se revelan perfectamente mis pechos, bastante grandes, porque después de esos besos escalofriantes tengo los pezones duros y erectos a más no poder.
Acaricias mi costado sintiendo la plenitud de mi seno, la depresión de mi cintura, la suave curva de mi cadera. Me estremezco bajo tu contacto; acaricias los rizos de mi pubis y subes por mi vientre hasta llegar a la hinchazón turgente de mi seno. Me besas los senos con ternura pero eso produce ataques eléctricos en mi piel. Me preguntas "¿Quieres que te de placer, Esmeralda?". Yo cierro los ojos y te digo que sí con la cabeza. Me besas el cuello y vas bajando poco a poco con un movimiento circular de tu lengua en mi seno hasta lograr que mis pezones palpiten de ansias de tí. Al principio mamas suavemente pero despues aumentas la succión y yo gimo con emoción.
Con tu otra mano bajas hasta la parte interior de mi muslo, abro mis piernas y tu mano empieza a acariciarme; de repente sientes una humedad caliente que te indica que estoy lista para recibirte. De mis senos bajas hacia mi pubis, cuando tu lengua alcanza la parte superior de mi hendidura brinco, dando un grito, recayendo de espaldas y gimiendo con gran placer. Tu virilidad palpita anhelante, impaciente, mientra cambias de posición para deslizarte entre mis piernas. Entonces abres mis repliegues y saboreas lenta y deliciosamente. Tú no podías oír los ruidos que yo hago mientras me sumerjo en ese estallido de sensaciones exquisitas que me recorren mientras tu lengua me explora en cada repliegue y cada borde.
De repente me retuerzo, sollozando de éxtasis; con dos dedos penetras mi húmeda cavidad y aplicas presión en ella.Te grito que te necesito, que te necesito con urgencia, y tratas de penetrar suavemente en mí, pero es tal mi éxtasis que con mis piernas te jalo hacia dentro de mí, acariciando tus nalgas y sintiendo tu piel. Mis profundidades húmedas y cálidas te reciben completo, te abrasan y te envuelven con desenvoltura. Te retiras un poco y me vuelves a penetrar. Mientras que mi paso te acaricia cual largo eres, gritas mi nombre soltándote y dándome todo de ti, hasta que me llenas de tí y entonces tus gritos más profundos surgen en armonía con mis sollozos mientras oleadas de placer inefable nos envuelven y con un alivio exquisito caes sobre mí.
Ella sabía que yo nunca lo había hecho y le dijo a mi amiga: "´¿Él es el que te pidió sexo?". Y mi amiga (Ale) respondió: "si él es, ¿no es tierno?". Yo me puse de mil colores y no sabía qué hacer. Entonces Vanne me dijo: "a mí me gustaría hacerlo, siempre y cuando (giró la cabeza y miró a Ale) tu estés presente mirándonos".El corazón me empezó a latir a mil por hora y me temblaban las piernas. En eso me dijo: "bueno, vamos". Fuimos hasta la habitación de mi amiga y comencé a besar los labios de Vanne. Qué bien besaba. Se me paró al instante. Ella me comenzó a desvestir y yo a ella. Vanne se echó en la cama y yo sobre ella. Le comencé a besar el cuello y bajé hasta sus senos. Eran deliciosos y excitantes. Le comencé a pasar la lengua por sus pezones y estos se pararon, mientras ella daba gemidos muy suaves: "mmmm, aahhhh..., mmmm". Seguí
descendiendo. Pasé mi lengua por su estómago y su ombligo hasta llegar a su vagina, separé sus labios vaginales y pude ver su hermoso clítoris. No soporté más y lo lamí. Grité como un loco... Sentía que se me iban a salir los huevos por el orificio del pene. Fue un super orgasmo. Le dejé toda la cara mojada a Vanne y ella sólo se reía.Me paré y le dije que había sido delicioso. Ella no me respondió ya que estaba concentrada mirando a Ale. Ale se paró y se recostó en la cama inmediatamente. Vanne se le acercó y comenzó a besarla. Le besaba todo. Ale gritaba demasiado. Eso me excitó y se me volvió a parar. Me acerqué a Vanne (que estaba a cuatro patas) y le comencé a meter el dedo en la vagina. A ella le gustó porque meneaba su trasero. No soporté y traté de metérsela, pero no encontraba el objetivo. Ella sujetó mi pene con fuerza y se lo introdujo. Yo la agarré de la cintura y comencé a moverme. Me encantaba sentir el interior de su vagina, sentía sus paredes vaginales como si me estuvieran haciendo cosquillas en el glande.Mientras ella se movía y me sacudía el pene con su exquisito trasero yo empujaba más y más fuerte. Estaba teniendo un orgasmo. En ese momento la abracé con fuerza y me vacié todo. Me encantó que los dos hubiéramos llegado al orgasmo juntos. Nos quedamos exhaustos. La besé con gran pasión y no me moví. A los pocos minutos escuché que Vanne le dijo a Ale: "Mi amor, ven.
Vamos a prepararle algo de comer a nuestro pecador". Eso me hizo reír mucho.Luego de comer, vimos la televisión y, al final, nos bañamos juntos. En la ducha les pedí a las dos me la chupasen al mismo tiempo. Fue fantástico. Al final, me despedí de ellas y regresé a mi casa. Estaba super feliz. Era mi primera vez y lo había hecho con dos chicas expertas en la materia.Al día siguiente volví a la casa de Ale. Conversamos como siempre sin tocar el tema, hasta que tuve ganas de hacerlo. Se lo pedí y me respondió con una sonrisa en los labios: "La verdad es que lo hice contigo porque me excité viendo a Vanne. Ya te lo dije, soy lesbiana y que lo haya hecho contigo no cambia nada". Pero eso no me importó porque yo ya había conseguido lo que quería. Agatha Lavigne
Sólo de pensar que Claudia se colocaría una camiseta como la que le había visto en ocasiones anteriores ya me ponía caliente. 








Te apoyas sobre el capó del coche y sonríes. Esa sonrisa es maliciosa, pervertida. Te apartas a saltitos un par de metros. Justo lo necesario para verte de pies a cabeza. Te has quedado de espalda y toda tu figura crea una sombra gigantesca contra la pared. Hermosa sin duda la escena que tengo delante. Ojala tuviera una cámara para plasmar este momento.
Si te pudiera tocar, pero no lo puedo hacer, sabes bien el porque, no me lo digas, no me lo niegues, rompería la magia del momento. Debo esperar. Te vuelves a alejar, jugando, contorneándote, libre de cualquier atadura que te han dado los hombres desde los inicios. Eres libre, desnúdate para este que ahora es tu esclavo en esta noche de sombras.
Comenzaste a lamer despacio mis pies y yo fui avanzando para sentirme más cerca de ti. Te dejé ir ganando terreno por todo mi cuerpo Tu excitación se hacía patente en la brusquedad de tus movimientos, tus extremidades se enroscaban ahora por mis piernas. Nunca te había visto tan apasionado. La suavidad de tu piel se mezclaba con la de la mía. En este punto me incliné hacia ti para besarte, un largo y húmedo beso con el que yo me entregaba definitivamente a ti.
Tenía algo de frío, pero mi cuerpo era puro fuego. Poco a poco iba notando cómo seguías recorriéndome. Sin dejar de masturbarme, tú ejercías un suave masaje sobre mis pechos, y los pezones estaban tan duros que me dolían, como cuando tengo mucho frío. Juegas con ellos, los mordisqueas, los lames, y esta terapia térmica que contrasta frío y calor me lleva al borde del éxtasis.
Mis fluidos se mezclaban ahora con los tuyos, mientras yo me hundía en tu abrazo eterno, en el que tus fríos brazos recorrían sin cesar mis piernas, mi sexo, mi cintura, mis pechos, mi cuello, me acariciaban maliciosamente y rozaban mis labios, tornándolos violeta. Ningún rincón de mi cuerpo escapaba a tus caricias, me ponía a mil, y mi cuerpo estalló en un espléndido orgasmo. Mi boca entreabierta quedó a merced de la humedad de tus besos, deleitándome con tu sabor salado. Mis ojos entreabiertos me dejaban ver el cielo. Mi respiración, completamente acelerada, perdía fuerza rápidamente. Mi pecho parecía incapaz de contener los latidos de mi corazón, cuyo ritmo desenfrenado fue dejando paso al sosiego… Pero me dolía, me dolía mucho, y debía ser de tanto amor.
Estaba cansada. Mientras me dejaba mecer en tus brazos, mientras aún acariciabas mi cuerpo y mis cabellos, recordaba otros encuentros fortuitos contigo. Siempre la misma violencia, pero nunca me sentí después tan calmada. Y me duermo, me duermo en tus brazos al son de tu nana, me sumo en un sueño eterno.
La rubia chica era bastante bonita, yo había estado con chicas mas lindas, pero como fue un favor para un amigo fui igual, se dieron cuenta de que estábamos chamuyando, y como estaba todo bien, seguimos con ellas. Al principio la rubia estaba medio cerrada, no parecía que la iba a poder separar de la amiga, le pregunte si sabia que trago preparaban de bueno en ese boliche y me contesto con un “no se, es la primera vez que vengo porque yo tengo una hija”, la mina tenia 21, yo me quede helado, nunca tuve problemas con eso, así que comencé a hablarle de mis 3 sobrinos, y a preguntarle sobre su hija, y ahí es cuando empezó a aflojar un poco empezamos a hablar, a joder, a tomar, y entre risa y risa, nos besamos, a la vista de eso, mi amigo le encajo un beso a la morocha y nos separamos, a todo esto ya había pasado como una hora, y a eso de las 7 me dice mi hermana que querían irse, le pedí el teléfono con la promesa de llamarla.
El lunes como había quedado la llame por teléfono, y por la tarde nos encontramos en una plaza en donde me contó un poco su historia, de que desde los 15 había salido con un pibe de su curso, que había quedado embarazada a los 17 y se casaron, que el viernes se había peleado con su marido, y por eso había salido el sábado, justo cuando aparecí yo (no es la primera vez que me pasa), hablando, jugando un poco en la plaza quedamos para el miércoles en su casa.
Nos sentamos, me fije los CDS que tenia y puse música, Lenny Kravitz – Circus, me pareció ideal, empezamos a hablar, a besarnos, pero ella como que se resistía, pero de a poco aflojaba, y así cada vez mas, nos besamos, se me sentó encima mío de frente, nos empezamos a tocar, a acariciar, me estaba volviendo loco con sus gemidos, pero cuando le quise sacar la camisa me dijo que no, que no quería que piense que era una chica fácil, le dije que no creía eso, que si no quería hacer nada, estaba bien. Pero de a poco seguí jugando con ella, de a poco le desabroche la camisa, mientras le tocaba los pechos y besaba su cuello, mientras con una mano le tocaba la cola con la otra le desabroche el corpiño, se lo saque, y empecé a besar sus pechos, a succionarlos de a poco, y cada vez con mas fuerza, ella ya no se resistía cuando le desabroche el pantalón.Me pare con ella encima mío todavía, y la lleve hasta su habitación, ahí la tire sobre la cama y me subí sobre ella, tocándola y besándola, seguí con sus pechos, ella solo gemía, baje besándola por su panza, le saque los pantalones, la empecé a tocar suavemente sobre su tanga negra que tenia, empecé a meter mis dedos por debajo de su tanga, se la sentía mojada, movía sus piernas, y seguía sin hablar, solo gemía.Despacio le saque su ropa interior, y comencé a tocarla, a meter mis dedos dentro suyo, mientras sentía como se mojaban mis dedos, la miraba como ella gemía, con los ojos cerrados, mientras los dibujos daban vueltas sobre las paredes, me acerque y comencé a besar sus piernas, hasta que llegue ahí, y ella ya gemía cada vez mas fuerte, yo alternaba mis dedos con mi lengua, hasta que ella hablo y me pidió “metemela ya” con un tono autoritario.
Entonces le saque su camisa que es lo único que le quedaba, me acosté boca arriba en la cama mientras me sacaba la remera, y ella me sacaba los pantalones y mi bóxer, rápido, hasta me araño la pierna sacándomelos, me empezó a tocar y agarrandome el pene se lo metió todo en la boca de una sola vez, empezó a hacerme una fellatio espectacular, parecía que esa era su ultima vez, yo le preguntaba si le gustaba y ella sin sacársela de la boca me decía que si, o eso era lo que me parecía, entonces la agarre del mentón y la lleve hasta que se sentó sobre mi y ella se encargo sola de acomodarse de la manera mas conveniente, se sentó encima mío y comenzó a moverse de una forma tal que no lo podía creer, mientras yo tocaba sus pechos, acariciando sus pezones, lamiéndoselos y metiendo mis dedos en su boca.Enseguida ella acabo, pero sin que se levante seguimos una vez mas, repitiendo todos los movimientos, hasta que los dos llegamos juntos esta vez.Al quedarnos acostados un rato me contó que sentía culpa, pero yo le explique que lo único que buscaba era sexo, que era lo que le había dicho desde el principio, y comencé a tocarla de nuevo, a besar todo su cuerpo, la di vuelta bese su espalda, la toque, la puse en cuatro patas y comencé a tocarla por todos lados, mientras me ponía nuevamente en condiciones, la penetre agarrandola de la cintura con la mano izquierda mientras con la derecha metía de mis dedos en su cola, primero uno, grito cuando se lo metí entero, pero me dijo que le gusto, empecé a jugar así, hasta que lo único que estaba haciendo era meter mis dedos en su cola, mientras le pedía que me mire, cuando me miro, la empecé a penetrar por la cola, de a poco me costo, era su primera vez y se notaba, me decía que le dolía, que pare, pero yo no paraba de a poco iba metiéndosela toda, y le pedía que me diga que le gustaba aunque le doliera, hasta que pude metérsela entera, y nos quedamos un momento quietos, disfrutando el momento, hasta que de a poco se empezó a mover y yo también, la agarre de la cadera, y empecé a moverme, a metérsela, a escuchar como gritaba, de dolor y de placer, hasta que le dije que estaba por acabar, y le pedí hacerlo sobre sus pechos, y me dijo que no que lo quería en la boca, y así lo hice.
Después de ese miércoles volvimos a hablar el jueves y el viernes y me dijo que estaba arreglándose con el marido, le dije que estaba bien, que piense en su hija, pero como yo estaba trabajando quedamos en seguir hablando el lunes siguiente, pero cuando el lunes subo al colectivo la veo de la mano con un tipo, me miro, se notaba su nerviosismo, se puso colorada, la mire y seguí hasta el fondo del colectivo sin decir una palabra, y sin ni siquiera mirarla para que no tenga problemas, y no la volví a llamar mas.
me calme por que crei que me estaba apurando mucho y que si lo seguia haciendo no iba a disfrutarlo como debia, tu cuerpo mojado la espuma en tus pechos las burbujas saliendo dando vueltas jugando por toda la bañera, antes de que emita algun sonido, te paraste y yo no podia creer el estar viendo por primera y unica vez tu cuerpo desnudo aunque cubierto por la espuma, como si supiera donde situarse dejaba ver lo que se podia y lo demas lo tapaba y me invitaba a descubrirlo, al verte de pie delante mio no hice mas que ponerme de pie frente a tu cuerpo con mi ereccion a mas no poder la tomaste entre las manos y comenzaste a mastubarme suevemente y mirando con atencion lo que hacias, me dirijiste hasta dejarme sentado en la bañera, y vos te colocaste con las rodillas apoyadas en el fondo de la bañera y una mano apollada en mi rodilla, mientras que con la otra jugabas con mi pene como si fuese el primero que agarrabas, y sin poder resistirlo comenzaste a introducirlo en tu boca con suavidad con delicadeza, despacio tu cabeza subia y bajaba tu lengua jugaba con el largo de mi pene y yo no hacia mas que mirar desde arriba como tus hermosos senos golpeaban con el agua y se llenaban a la vez que se limpiaban de la espuma que no me dejaba verlos del todo, de repente te detuvise y te volviste a parar, dejaste un pie en la bañera y apoyaste la otra pierna sonbre mi hombro, dejando al descubierto ante mi atonita mirada tu belleza vaginal,
no tenia mas opcion que saborearla como es debido, primero mi lengua rozo los alrrededores como para que sepas a que te exponias, me aleje unos segundos para que mis dedos suavemente ayuden a tu exitacion y al instante sin pedir permiso mi lengua se introdujo en tus profundidades queriendo llegar a alcanzar el jugo de tus adentros, mi satisfaccion era tu rostro ya que parecias estar gozando como nunca antes lo habias hecho, nos secamos y fuimos a la cama, te acostaste boca abajo dejandome tu cola al alcance de mi vista, la cual fue deseada por mi lengua, y sin dudarlo me abalance nuevamente pero esta vez desde atras, tus gemidos eran increibles, ya no hacia falta que yo hiciera fuerza para entrar pues esras vos quien hacia fuerza para que entre, casi sin fuerzas me dijsite "penetrame..."
haciendo caso a tu pedido, y con tu cola bien lubricada por mi saliba entre despacio para no lastimar, a la vez que con lentitud entus adentros mis dedos jugaban con tu clitoris para que tu goce sea extremo, me pedias que lo haga mas y mas fuerte, asi que fui aumentando con lentitud, cuando quise darme cuenta llebaste tu exitacion al maximo regalandome un orgasmo por lo que te di vuelta para poder introducir mi lengua en tu vagina y sentir los latidos de tu interior... casi sin darme cuenta mientras acababas introdujiste mi pene en tu boca, saboreandolo con pequeños y debiles movimientos que alcanzaron para dejar mi semen en tu boca, ya que eso era lo que querias probocar, y casi sin fuerzas lo saboreaste lo mas que pudiste, accion que no permitio que mi exitacion pasara, por lo que volvimos a empezar.... alma celeste


