viernes, 22 de enero de 2010

Mi Prima

Hola, soy Maria, Soy blanca, cabello rubio, tengo un cuerpo bastante atractivo debido a todo el tiempo que le dedico con dietas y ejercicios. Mis senos son grandes, me los puse a principio de año.

Esta historia es de mi vida, paso un 31 de octubre, Fecha que todo el mundo conoce como el día de brujas, fiesta que se celebra desde hace muy poco tiempo en mi país.

Este año por primera vez tomé la decisión de ir a una fiesta de disfraces con mi prima Ana, ella es muy parecida a mí. Siempre nos confunden, cosa que me encanta por que ella es una muñequita de 20 añitos con prótesis también en los senos. Tiene el mismo corte escalonado al mío, pero algo más claro.

Un día antes de dicha fiesta decidimos ir a comprarnos los disfraces. Teníamos una fiebre de exhibir nuestros senos, y elegimos los más sexis. Ella se compró un disfraz de Diabla que dejaba poco a la imaginación y yo me compré uno de Batichica. Cada uno con sus respectivas máscaras.

Ana siempre me pareció una niñita muy tranquila y con poca malicia incluso muchas veces aunque era muy sexy me parecía muy inocente. Nosotros somos buenas amigas pero jamás hablamos de nuestras intimidades.


Bueno esa noche Juan, un amigo de Ana fue con nosotras a la fiesta. El también estaba disfrazado, había escogido el de Batman. Debajo del antifaz se veía como un muchacho bastante guapo de más o menos 22 años alto, con un buen cuerpo. Es muy caballero y muy atento.

Llegamos a la fiesta en una disco de la ciudad, bailamos tomamos mientras pasaba el tiempo el ambiente se puso más intenso. Ana y Juan se comían a besos mientras yo los veía con disimulo. Al verlos me entró como un fuego intenso en mi vagina.

De repente Ana me mira con picardía y me pide que la acompañe al baño. Esto me calmó un poco. Al llegar al baño Ana cerró la puerta con llave y se quitó toda la ropa. Me dijo:
- Cambiemos de disfraz, hazme la suplencia. Quiero comprobar si Juan se da cuenta.

Yo con lo cachonda que me encontraba no lo pensé ni un segundo. Sólo me cambié de disfraz y cuando salí del baño sólo salté sobre él.

Llegó la hora de irnos. Yo tenía todavía el disfraz de Ana y seguía haciendo el papel de ella. No sabía que responder a muchas de sus insinuaciones, por que no conocía la vida sexual de Ana. Para mi Ana seguía siendo virgen.

Cuando nos montamos en el carro que Juan preguntó que hacer. Ana dijo que su casa (realmente mi casa), estaba sola. Que podíamos ir para allá pero con la condición que en ningún momento nos quitáramos los antifaces. Juan accedió a ir a mi casa sin decir mucho.

Mientras Juan manejaba, me acariciaba las piernas muy suavemente. Con disimulo metía su mano lo más cerca de mi vagina, yo estaba excitadísima pero tenia miedo por Ana.

Después de llegar a casa decidimos abrir unas botellas de vino. Al cabo de unas cuantas copas y unos cuantos cigarros mi prima se levanta a preparar comida.

En eso Juan saltó hacia mí. Era la primera vez que sentía un beso así con tanta pasión. Tuve mi primer orgasmo con tan solo un beso. ÿl empezó a besarme la oreja y poco a poco fue bajando al cuello y a mis senos. Disfrutaba mucho por que se quedó un buen rato en mis senos. Mientras besaba uno jugaba con mi otro pezón. Al cabo de unos minutos bajo muy lentamente a mi ombligo y fue bajando.

Yo estaba súper asustada porque no sabía de Ana. Me excitaba mucho pensar que me estaría viendo. Cuando el se bajó el pantalón y ví su pene. Era el más grande que había visto en mi vida. Sin pensarlo ni un segundo me lo metí a la boca. Mientras jugaba con sus testículos, me encargué de su pene, lo lamía, lo chupaba, lo mordía, lo apretaba, y lo masturbaba.

Estaba loca por sentir su semen en mi boca. Al cabo de un rato el me quitó la ropa y me obligó a que me sentara sobre su cara. Era la primera vez que me hacían el sexo oral de esa manera. Sin pasar mucho tiempo tenía su lengua en mi ano. Estaba tan excitada que yo le abría mis nalgas para que el pudiese meter su lengua más y más adentro.

Mis gemidos eran bastante fuertes. Tuve que inclinarme hacia su pene para seguírselo mamando, mientras el seguía besándome mi vagina. No se veía la puerta de la cocina así que de verdad no sabía nada de mi prima. Pero igual ya no me importaba mucho. Me excitaba mucho.

No paso mucho tiempo cuando empecé a sentir algo extraño. Tenía una boca en mis nalgas besándome y tenía otra boca en mi vagina. Me asusté muchísimo y me dio hasta miedo voltear. Pero no tuve otra opción, tuve que hacerlo.

Era mi prima Ana. Esto me impresionó muchísimo. Yo nunca había sentido el beso de una mujer. Pero era algo que siempre me había excitado mucho y siempre lo había tenido en mi mente.

No aguanté más y quité a Juan de mi vagina. Me fui directo a Ana, ella ya estaba desnuda, pero con la máscara puesta. Los tres seguíamos con las máscaras, tal cual habíamos quedado. Me senté encima de ella y nos quedamos viendo a los ojos por pocos segundos.

Por su mirada ella tampoco había estado con otra mujer. Nos acercamos muy lentamente. Podía sentir su respiración suave pero profunda. No sabía si era su corazón o el mió que palpitaba a gran velocidad.

Cuando nuestros labios se unieron, sentí un hormigueo estremecedor en todo mi cuerpo. Fue el beso más tierno y más ardiente que alguien me haya dado. Nos besamos por un rato mientras Juan nos veía con cara de impresión.

Ana con su inocencia y delicadas manos me arrimó para que me acostara en el sofá. Ella se acostó encima de mí, yo no lo creía. Ella fue bajando muy lentamente hacía mi vagina. Cuando llego a ella, se estremeció mi cuerpo. Era un mezcla de sensaciones que jamás había sentido.

En ese momento le pedí a Juan que se acercara. Juan muy delicadamente se arrodilló detrás de Ana y suavemente le empezó a lamer su vagina y su ano.

Ana empezó a gritar de placer. Sus gritos me volvían loca. Juan sacó su boca y muy delicadamente puso la punta de su pene en su vagina. Ana desesperada por lo que sentía se afincó hacia él.

Era la primera vez que veía la cara de alguien con ese gesto de placer. Ella estaba puesta en cuatro, con un pene enorme dentro de su vagina. Lo estaban disfrutando mucho. Yo me dí la vuelta y me metí debajo de ella. Al principio sólo observaba ese espectáculo, como entraba y salía ese pene enorme de esa vaginita linda rosada recién depilada.

Decidí probar a que sabía una vagina. Apenas puse mi lengua en ella, entendí por que gusta tanto. Ana cuando sintió mi lengua en su vagina dejó de moverse y se inclino más hacia mi boca. Mientras tanto Juan se movía con mucha suavidad.

Los gemidos cada vez eran más y más fuertes. De repente Ana le dijo a Juan que yo también quería. Juan se sentó a un lado y yo me senté sobre él. Agarré su pene y me lo introduje muy lentamente en mi vagina. Ana estaba masturbándose a un lado de mí.

Yo estaba cara a cara con Juan, cuando me dijo al oído:
Te quiero coger por el culo.

Yo no sabía que hacer, porque nunca había tenido relaciones anales. Mi prima me dijo que ella lo ayudaría.

Ana empezó a jugar con mi ano y fue metiendo poquito a poquito un dedo en mi. Yo todavía estaba sentada encima de Juan con su pene dentro de mi vagina. Poco a poco me fui levantando, ana agarró el pene de Juan, lo puso en mi ano y yo intentaba meterlo.

Sentí un dolor fuerte, pero igual, con lo excitaba que estaba no le dí mucha importancia. Ana sacaba el pene de mi ano, lo escupía, luego escupía mi ano y volvía a meterlo.

Al cabo de un rato ya tenía todo el pene dentro de mi ano. Era otro placer que había descubierto esa noche. Empecé a moverme y a moverme cada vez más y más rápido.

No sé como lo llegamos a hacer, Juan se levantó y me acostó en el sofá sin sacarlo de mi ano. Ana se arrodilló cerca de mi boca, para que le mamara la vagina. Yo me estaba volviendo loca y mucho más al momento de sentir como Ana me estaba acariciando el clítoris con sus dedos y su boca.

Sentía que mis gritos los escucharían hasta la esquina. Estábamos sincronizados, cada vez que salía el pene de Juan, Ana me chupaba y ella volvía a poner su pene en mi ano.

Juan dijo que iba a acabar. Ana le pidió que acabara fuera de mi vagina. Juan sacó el pene y se masturbó hasta acabar sobre mis senos. Los gritos de Juan junto eran súper excitantes. Mientras el gritaba, Ana me hizo llegar con una rica chupada sobre mi clítoris y vagina.

Ana terminó de esparcir el semen de Juan sobre mis senos y mis labios.

Luego de todo esto, yo abracé a Ana y la recosté hacia mí.

Hoy en día no sé quién es Juan y probablemente él no sabe quien soy yo. Ana y yo nos seguimos viendo pero no hemos vuelto a hablar del tema. Tampoco lo volvimos hacer, pero fue un experiencia inolvidable.