martes, 22 de diciembre de 2009

¿Ya saliste a tres alguna vez?

Esto fue cuando mi prima y mi amigo ya se habían encontrado (en la cama). Y como ella ya me lo había contado, ya me podía dar por enterado, en consecuencia, le sugerí que otro día saliéramos con el amigo y otra prima. Estuvo de acuerdo sin reservas.
Pero después tuve dudas y le hablé por teléfono al amigo para ponernos de acuerdo.
Le dije:
-Mira, he pensado que no es una buena idea la de salir con la prima de mi amiga como habíamos hablado. Creo que ninguna de las dos ha hecho algo parecido, (De salir varias parejas) se pueden chivear y se nos agua la salida. Si quieres, otro día te la presento y quizás te las dé. A ella también ya me la cogí…
Por eso, para hoy he pensado, cambiar un poco los planes… salir solo los tres… si te parece...
¿Ya saliste a tres alguna vez? Yo tampoco. Ni ella, pero me parece que está en el punto de atreverse, está curiosa. Y si no le preguntamos, creo que aceptaría.
A pesar de lo que has visto, es reservada, algo la ha hecho ser diferente contigo, yo creo que es un poco como experimentar una aventura. Que yo sepa, los dos hemos sido los únicos que nos la hemos cogido, y a su modo de ver, eso nos hace diferentes. Muy diferentes.

Ya que estás de acuerdo, y como la conozco bien, te voy a comentar varias características muy bien marcadas, que ya medio conociste:
Una es que una vez que acepta hacer algo, ya no cambia fácilmente. Sobre todo si está tranquila, contenta y caliente.
Le cuesta mamar, lo hace (Y muy bien) pero no es algo que la deje feliz. La primera vez que me lo hizo, me puso como condición, bajarme primero, lo hice y después ya no hubo ninguna resistencia, inclusive tomó muchas veces la iniciativa. O sea que yo creo que si de inicio te le bajas, después ella corresponderá sin problemas.
Y otro es que se calienta muchísimo en dos situaciones: Verse desnuda (O casi) en condiciones de riesgo. Y ser cachondeada bailando. Por supuesto que las dos cosas al mismo tiempo la hacen ver estrellitas.
Mi idea es ir a bailar a un lugarcito que conocemos muy bien, (Simulando que es algo que solamente yo conozco) con unos reservaditos en que se siente segura y donde ya ha estado casi sin ropa, o con la ropa tan descubierta que se le ve todo. Bailando le he subido el vestido dejando que la vean clientes y meseros y hasta hemos cogido y me ha mamado.
Bailar muy cachondo, bien pegados, besándola mucho, metiéndole bien las manos, descaradamente y dejándola con poca ropa, que vea que no nos incomodamos ni la tratamos diferente.
Podríamos cogérnosla ahí, pero entonces después ya no va a querer ir a un motel… Yo preferiría el motel y experimentar un menage. ¿Te parece?
Como el otro día ella no quiso mamarte, te sugiero que simules salir al baño, y la hago chuparme. Sales casi en seguida y le acaricias las nalguitas, así ella confirmará (lo que ya debe sospechar) que la estás viendo mamar. Si te le bajas… y no reclama… va a ser difícil que se niegue a hacértelo. Y si te coloca junto a mí, de manera que le pongamos los dos palos en la boca, va a ser otra experiencia nueva. ¿De acuerdo?
Después platicamos de fútbol, o alguna otra pendejada, y esperamos impacientemente el encuentro. Por si las dudas, llevé algunas cositas de preparación, como un vino y algunas botanas.

En el bar.
Estaba muy cariñosa cuando primero me encontré con ella y nos fuimos a comer alguna cosa, camino al restorán, me dice de repente:- ¡Ya estuve con tu amigo!
-¿Cómo que ya estuviste? ¿La ida al cine?
- ¡No! Ya me llevó a un motel, y… me la metió…
-¡Ahhh! (Simulando sorpresa) Y ¿Cómo fue…?
Y me contó su versión de la aventura. No alteró casi nada, solo no me contó que no lo había dejado verla desnuda después de la cogida.
-¡Muy bueno! Y la besé con mucho ardor… Haciéndola sentirse bien…
Y hoy ¿Qué piensas? Qué te parece si llamas a la Gorda y le dices que no saldremos. He pensado que no es una buena idea.
-¡Tú lo propusiste!
-Si… ya sé, pero óyeme, ¿qué va a pasar si en el curso de la salida, mi amigo comienza a acariciarte y demuestra intimidad… o si comenta acerca de tus salidas con él? ¿Con la gorda junto?
-Nooo… no… tienes razón… no es una buena idea… Y la llamó cancelando la salida.
Nos fuimos a comer a un lugarcito agradable, donde no dejé de acariciarla y besarla. Y a la hora convenida llegamos con mi amigo, que ya había llegado.
Tomamos cualquier cosa y les dije:
-¿Qué les parece ir a un lugarcito agradable para relajarnos? Es un lugarcito poco visible, donde podemos oir música, bailar y tomar algunos tragos. Estuvieron de acuerdo, simulando ignorancia.
Llegamos y nos acomodamos en uno de “aquellos reservados” que ella y yo conocíamos tan bien, simulando que no sabíamos cómo era. Ordenamos unas bebidas, y nos quedamos en silencio, esperando el primer movimiento. Que implícitamente me correspondía. Así que la saqué a bailar. Y comencé el cachondeo… la sentía respirar fuerte, nerviosa, pero en silencio. Y fui cada vez un poco más atrevido, hasta que en un lugar un poco alejado de nuestro amigo, le solté el sostén. No dijo nada.
Regresando, obviamente para el cambio de parejas, le dije:
- Ya vámonos a sentar para dejarte con él. Pero antes de sentarnos, voy a hacer algo y no te inquietes, ni reacciones. Por favor… ¿Si? No respondió, ni hizo gesto.
Así que de pie, colocada de espaldas a nuestro amigo sentado, le subí la falda hasta descubrirle los calzoncitos y las piernas, acariciándola abiertamente. Se puso tensa, pero no dijo ni hizo nada. ¡Era la señal esperada por nosotros! Ya era pan comido…


Al sentarnos, observé que ella no nos miraba a los ojos. Y nosotros, sin verla tampoco, teníamos cada uno una mano en sus muslos, poco arriba de las rodillas. Y ella quieta.
Tanteando, subí la mía un poco, más, hasta la mitad del muslo, moviéndola hacia adentro. Nada de reacción.
Con eso, el amigo la invitó la sacó a bailar. Fingí quedarme quieto, pero apenas salieron, los fui a espiar. Y ví que sin ninguna duda, le acariciaba las nalgas y la besaba. Poco más tarde, ella lo abrazaba por el cuello y él le había abierto la blusa y le movía los pechos. Sin dejar de meterle mano a las nalgas. Ya tranquilo, esperé mi turno.
No dije nada cuando se sentaron y vi la blusa desabotonada, que ella instintivamente medio cerraba.
A seguir, me tocaba de nuevo, y simulando ignorancia le pregunté que había pasado. Riéndose me contó lo que había visto, agregando:
-¡Tu nos estabas viendo!
- Si, pero quería oírtelo decir… me excita…
- Bueno… primero me abrazó y besó fuerte y sentí que me acariciaba por atrás.
-¿Por atrás?
- Bueno… por atrás y abajo. Después comenzó a meterme la mano por el pecho. Y así seguimos hasta sentarnos.
-¿Te quitaste algo? No… lo pensé pero preferí que él decidiera.
-Bueno… ¿Y al menos el brassiere… así…?
-ja,ja,ja, nooo, eso es tu especialidad…
Terminé de quitarle la prenda, y le desabotoné la blusa. Seguimos bailando acariciándola abiertamente.
Al sentarnos, y como si fuera disimuladamente, enseñé el brassiere. Y la abracé y besé, descaradamente metiéndole la mano por las tetas bien a la vista. Y brindamos.
Él pacientemente, esperó decorosamente unos minutos y dijo:
-¡Ahora me toca a mí! Abrazándola y metiéndola las manos como yo lo había hecho poco antes. Ella no se resistió, ni aparentemente se inmutó. Lo aceptó tranquilamente, riéndose. Y salieron a bailar.
Ya no los seguí. Solo estaba curioso por saber si le quitaría los calzones… Y me reí cuando al regresar, me los enseñó a escondidas…
¡Estaba lista para darnos las nalguitas! Y propuse que nos fuéramos a un lugarcito “…más discreto…” Sin hablar, estuvieron de acuerdo y salimos directo a un motel.


En el motel.
Teníamos dudas de que nos dejaran entrar a los tres, por lo que, por si las dudas, me escondí en el coche y ellos entraron primero.
Con calma y cuidadosamente salí del coche, cerrándolo sin hacer ruido. La puerta del cuarto estaba solo encostada. Estaban abrazados, ella de espaldas a mí con el vestido levantado hasta la cintura. Las manos de él, le movían impacientemente las nalgas.
Muy suavemente, moviéndome despacio hacia un sofá, me senté para apreciar la escena y lo siguiente. Después de algunos minutos, él le quitó la blusa. Y haciéndola girar, la colocó de frente a mí. ¡Era mi turno!
¡Se veía linda! Siendo acariciada semidesnuda, con los ojos entrecerrados, obviamente muy, pero muy caliente.
Me levanté y aproximándome la tomé de las manos y la acerqué cariñosamente hasta quedar tocándonos de arriba abajo. El amigo se mantuvo en el mismo lugar, sin dejar de acariciarle suavemente, primero los pechos y después las caderas y piernas.
Me abrí la camisa y la bragueta, me saqué la pija y se la coloqué en una mano. Besándola, le terminé de soltar la falda, dejándola caer al piso.
El amigo también se quitó la camisa y dejó caer los pantalones, acercándose hasta colocarle el palo en contacto con las nalgas. Por adelante yo hacía lo mismo, empalándola entre las dos vergas y los tres comenzamos a movernos más o menos rítmicamente. Las respiraciones estaban agitadas… muy agitadas…
Sin decir nada, nos fuimos conduciendo hacia la cama… a donde se dejó llevar sin resistencia, acostándose suavemente, apoyada por los dos, con las piernas afuera…
Por breves gestos, decidimos que él sería el primero a metérsela; se posicionó de frente y le levantó las piernas, abriéndolas, a seguir se colocó en medio. Creí que se la iba a coger sin más, pero no… se acordó de lo que habíamos hablado y se bajó a mamarla…

Ella sorprendida, lo miró y después a mí. Yo hice lo mismo. Y con una sonrisita cómplice, le hice una seña de “¡Ni modo! Después te toca a ti…“con nuestra gran intimidad, estaba claro lo que le estaba diciendo sin palabras. Lo entendió perfectamente, frunció el ceño y me besó…”
Lo observamos un poco más, nos vimos de nuevo, y la besé en los labios y en los senos, acariciándole todo lo que alcazaba, inclusive metiendo unos dedos por los lados de la raja, acompañando al amigo.
Ella se calmó, o resignó. Creo que estaba pensando: Viendo su expresión, no pude evitar sonreírme. Y ella también.
Me quedé viéndola gozar, comenzó a retorcerse, a tener contracciones y aumentó los movimientos de las caderas…
Estando así, se me ocurrió otra maldad. Salí un momento de la cama y me coloqué en dos dedos un condón lubricado. Regresé a la misma posición y seguí besándola y acariciándole las tetas y las nalgas, pero me fui yendo hacia el centro, hacia El Chiquito. Que como ya se lo había explorado, no le incomodó.
Cuando se vino, con buenas contracciones, el amigo salió del tal y se sorprendió cuando vio mis dedos metidos por “ahí”. Me miró y no dijo nada, solamente se movió hacia arriba, y yo hice lo mismo, pues teníamos la misma idea. Sin esperar a que se le pasara la venida, posicionándonos a los lados de su cabeza, le moví la cabeza suavemente, acercándola a mi verga, sin prisa, la aceptó, y a seguir la del amigo, turnándonos en metérselas o movérselas entre los labios…
No reclamó ni se negó. Por lo que educadamente, me bajé a mamarle el mamey. En cuanto me sintió hacerlo, comenzó a moverse. Después me dijo que pensaba que se la iba a meter, y se sorprendió de que fuera una mamada.
Cuando se vino por segunda vez, decidimos parar. Abrimos la botella de vino y las botanas y descansamos, platicando de cualquier cosa y pensando en lo que había pasado… tranquilamente.
Ambos la acariciábamos suavemente, casualmente. Y ella correspondía. En su expresión, me decía que ya estaba pensando en salir. Ya quería terminar. Pero esa no era nuestra intención…
La abracé con cariño, con ardor, pasándole nuevamente las manos por todos lados. Se dejó llevar, acostada de lado, sentí que no quería, pero no vio como escaparse… Y tampoco le dí chance…
Nuevamente estaba siendo acariciada, más bien manoseada, pero ahora estábamos desnudos y ya los dos la habíamos chingado, abiertamente…
El amigo se colocó junto y la acariciaba con una mano. La otra parecía perdida entre las piernas, creo que dedeándola. No quise saber en ese momento. Además ya estaba caliente de nuevo.
Con palabras entrecortadas, le murmuré roncamente, jalándola levemente de las caderas:
- Ven… voltéate… así… arrodíllate… de a perrito...
Pensé un poco y le hice señas al amigo para ponernos nuevamente juntos adelante, para ponerle los palos en la boquita al mismo tiempo. Aceptó, e hicimos nuevamente el mismo juego, que ella aceptó.
Ya así, y después de algunos minutos, me fui al otro extremo y me la cogí… no supo reaccionar y se quedó mamando la verga del amigo. ¡Un palo por cada extremo! Era una novedad, y se derritió por completo…
La movimos con ritmo, y se podía ver que estaba gozando la primera Doble Penetración de su vida. Bueno… la mamada con mamada anterior, no la considero como una Doble, más bien como un ensayo. Además de ser la manera de aceptar mamar otra verga.
En fin… la bombeamos un rato y por señas, decidimos cambiar, el amigo se pasó para atrás y yo al frente.
Al mismo tiempo le dije:
-Voltéate corazón, acuéstate de espaldas, así… Colocados de cada lado, le abrí las piernas y le dije:
-No me hagas mucho caso cariño, pero creo que se está viendo el tamal…
-¿Crees que se me está viendo?
-¿Se le está viendo? Creo que sí, pero ahorita se lo tapo… -Dijo el amigo- Y montándola se lo tapó.
Me fui adelante para colocarle el palo en la boquita, y como teníamos mucha experiencia mamando, no hubo problema, en cuanto me vio junto, se lo comió todo golosamente.
Esa fue su segunda DP. Que duró unos minutos, hasta venirse con grandes contorsiones. El amigo se vino un poco antes y yo fui el último.
Por cierto, recibió toda mi leche cuando estaba viniéndose y para variar en nuestras costumbres, se la comió toda antes de darse cuenta.
Al reaccionar, tenía una mirada extraña, como de: ¿Qué pasó? ¿Qué hice?
Y en seguida otra de: ¡Bueno… ni modo…!
Nos quedamos quietos unos minutos, abrazados los tres… pensando en cómo habíamos cogido sabroso… Y en como lo repetiríamos…