miércoles, 9 de septiembre de 2009

Dos Actos

El primero ... La invité entonces a venir a mi casa, estaba sólo y no pensé que Jennifer volviera aquella noche, esa fue mi mayor locura, mi peor error. Caminamos medio embriagados por el alcohol por las estrechas calles que llevaban a mi casa, llegamos a mi bloque y tras subir al ascensor, el primer beso estalló entre nosotros. Tras el beso, le siguieron las caricias y al llegar a mi piso ambos estábamos ya medio desnudos. Ebrios de deseo entramos en el piso. Las prendas fueron cayendo al suelo una tras otra, mientras los besos y las caricias se sucedían y como podíamos avanzábamos hasta la habitación. Caímos ya desnudos sobre la cama, mi sexo ardía, el suyo quemaba, éramos dos cuerpos sedientos de sexo. Sentí la humedad de su entrepierna cuando mi verga choco con su vulva, me introduje entre sus piernas, todo su cuerpo se estremeció al sentir como rozaba sus labios y ya no pude parar, aunque algo dentro de mí me decía que aquello no estaba bien, ya sólo pensaba en terminar, en derramarme en su interior, en dejar que mi deseo se desbocara sobre aquel hermoso cuerpo de mujer, a veces creo que era el diablo que vino a tentarme.

El segundo ... Mientras le comento el calor que esta haciendo estos días,... su albornoz se abre un poco dejando ver casi entero uno de sus pechos y ella pone cara de picara con una mirada provocativa mientras le da un sorbo a su copa y cruza sus piernas dejando entre ver sus muslos. Me acerco por detrás y la susurro al oído... bonito pecho y que pezón uhnnn!!!...... mientras le cojo con mis labios el lóbulo de la oreja se lo muerdo suavemente, luego le doy un beso en su cuello, y de su boca sale un pequeño suspiro uhmm..., ella gira su cabeza para que bese sus preciosos labios mientras con mi mano desato el albornoz dejando todo su bello cuerpo al descubierto, sin nada de ropa interior como yo ya sospechaba desde que la vi en la puerta, me pongo delante de ella la cojo por la cintura y la pongo de pie de frente a mi, sus pechos están contra mi pecho sus pezones rozan los míos muy duros y desafiantes, y la cojo por la nunca a la acerco a mi y muestras bocas se funden en un apasionado y largo beso jugando con nuestras lenguas e intercambiando nuestras salivas mientras su mano me despoja de mi toalla quedando mi miembro libre rozando su pubis sintiendo un fuego que desprende de nuestros sexos.
Erotikakarenc Hielka

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